Cataluña
El Govern frena la digitalización de las aulas y mantiene los barracones
Con un recorte de presupuesto todavía sin especificar, la consellera de Ensenyament, Irene Rigau, anunció ayer una batería de medidas sobre la enseñanza catalana con el objetivo de superar la crisis económica que padecen las arcas de la Generalitat.
El «tijeretazo» de la conselleria aún no se puede cuantificar pero sí que se podrá notar en las aulas. Por lo pronto Rigau indicó que el frenazo de la digitalización es un hecho –así se lo hizo saber al ministro Gabilondo en un encuentro hace unas semanas, una medida que dejará sin portátiles a 40.000 estudiantes–, y que en los más de 1.000 barracones que hay repartidos por el territorio se seguirán impartiendo clases.
A los convergentes nunca les gustó el plan de digitalización de las aulas catalanas, por lo que era de esperar esta medida, pero sí que lanzaron una dura crítica al tripartito durante toda la campaña electoral denunciando que el número de barracones se había llegado a doblar –superando el millar de módulos– desde que CiU abandonó el gobierno de la Generalitat.
La consellera anunció en rueda de Prensa que las las aulas prefabricadas continuarán en servicio más tiempo del previsto por la crisis y pidió «tranquilidad» a las familias afectadas por los barracones.
Una demanda que no gustó a los implicados. Después de que la conselleria recorta un 70 por ciento de las ayudas destinadas a los padres para sufragar los gastos de la Semana Blanca, en las últimas semanas, las familias están encabezando revueltas contra Ensenyament porque no cumple con las promesas que hizo el anterior gobierno.
Con la Ley de Educación (LEC) se planteó la construcción de 20 nuevos institutos-escuela para satisfacer las necesidades educativas, pero como todavía no se ha desarrollado este apartado y no existe régimen jurídico al respecto, la incógnita sobre los nuevos centros es más que latente.
Esta situación llevó a que durante la pasada semana los padres llegaran a encerrarse en un centro de Navàs demandando un instituto público para abandonar los barracones, y en Mataró también hubo protestas por el cierre de un colegio en septiembre y el recorte de 4 centros más.
En Barcelona, la situación tampoco difiere. Seis centros de la ciudad afectados por los módulos prefabricados se unieron a finales del año pasado para pedir respuestas a la administración. La situación más crítica es la del CEIP Mediterrània, del barrio de La Barceloneta, que lleva cuatro años en barracones y con un solar vacío a la espera de ser construido, cuando debería estrenarse este mismo 2011. Este hecho ha llevado a 15 asociaciones de la comisión de barrio a abandonar las reuniones hasta que no se de una solución.
«No queremos falsas promesas o propuestas que nunca se materializan, hasta que no tengamos los papeles que demuestren que el centro se construirá seguiremos en lucha», indicó ayer Montse, una de las madres afectadas. Entre las acciones a llevar a cabo se plantean realizar clases en la calle o cortar el tráfico en el barrio.
Alarma en los sindicatos
Tras el anuncio de los recortes, el sindicato CC OO exigió una «reunión urgente» con la consellera para afrontar los cambios. Rigau anunció que prevé aprovechar la actual plantilla pese al aumento de 12.127 alumnos el próximo curso «No sabemos nada, Rigau dice que optimizará plantillaspero no sabemos qué recortes nos afectarán», alertaron desde el sindicato.
Las agrupaciones sindicales ya han denunciado que la conselleria ha recortado 2.000 plazas de las oposiciones previstas para este año.
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