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La vieja guardia del PSOE acusa a la «caverna» de agitar los ERE

La Razón
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MADRID- La vieja guardia y los viejos mensajes para un último asalto a la desesperada ante la cita electoral de mañana. Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba acompañaron a Griñán, a quien el «ring» del 25-M se le ha atragantado entre encuestas y sospechas de corrupción en la Junta de Andalucía. La vieja guardia, el PSOE de siempre, que volvió a sacar el dóberman de siempre, el miedo, la «caverna mediática»... Felipe González sacó todo su repertorio, su ascendente sobre el electorado andaluz y su ametralladora dialéctica para atacar al PP. Ni una referencia al caso de los ERE, a las acusaciones de corrupción que acechan a los dirigentes de la Junta de Andalucía, porque según él, los populares, ayudados por la «caverna», se dedican a «hacer ruido para desmoralizar y confundir a mis paisanos andaluces». El público del polideportivo Fátima de Córdoba, al que el ex presidente y el ex vicepresidente del Gobierno llegaron en un Lexus conducido por el primero, interrumpió varias veces su discurso, una alocución que cuajó de las presuntas catástrofes que se le avecinan a la Educación y la Sanidad públicas si mañana gana Arenas. Ante ese peligro, González puso como ejemplo la gestión del PSOE andaluz en Sanidad: «Eso es progreso, y además, fruto de un sistema nacional de salud y –se preguntó– ¿vamos a despilfarrar ese producto por unos pocos millones de euros para los amiguetes?».
Rubalcaba no fue menos que su mentor. Apeló al orgullo por lo hecho por los socialistas los últimos 30 años en Andalucía y pidió a los andaluces que no den a la derecha las llaves de las escuelas, porque el PP, dijo, no cree en la escuela públic; ni de los hospitales, porque se las entregará a los que quieren hacer negocio con la Sanidad. Dóberman en estado puro.