Navarra

ETA exigirá al Gobierno beneficios para sus presos tras las elecciones

ETA dio el alto el fuego y ha logrado que todas sus candidaturas estén en las elecciones. Lo uno por lo otro. En la «partida» que se «juega», la pretensión de los pistoleros es que el Gobierno adopte medidas a favor de sus presos.

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Expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN señalan que, una vez celebradas las elecciones municipales, y consolidado su «Frente Institucional», la banda exigirá, a cambio de no romper la tregua, nuevos gestos: excarcelaciones de internos enfermos, supresión de la «doctrina Parot» y, de forma inmediata, acercamientos a cárceles del País Vasco y comunidades limítrofes.

Dos factores
Contará para ello con dos factores a su favor: los resultados que obtenga Bildu y el comienzo, para el Gobierno y el PSOE, de la precampaña de las elecciones generales de 2012. Se trata de un periodo en el que los terroristas pueden presionar, sin el temor a que sus candidaturas puedan ser anuladas. Sencillamente, porque no les interesan esos comicios.

El fanatismo de los etarras y el control que ejercen sobre su entramado harán que se apropien del resultado que logre la coalición. Según estimaciones de los citados expertos podría ser similar, o incluso superar, al obtenido por Euskal Herritarrok (otra de las marcas de la banda) en 1999: más de 300.000 votos en el País Vasco y Navarra. El ambiente que se ha creado en torno a la posible desaparición de ETA, fomentado por dirigentes socialistas y miembros del Gobierno, ha hecho crecer las posibilidades de Bildu, que, casi con toda seguridad, se va a beneficiar de ello. 

La pregunta es, según las mismas fuentes, obligada: ¿por qué se iba a disolver una organización que acaba de obtener un éxito tan importante (ha logrado el pago de un primer precio político por el alto el fuego) y que mantiene a más de 700 presos en las cárceles de España y Francia? No tiene sentido.

Las palabras del presidente del Gobierno vasco días pasados, en las que casi suplicaba a la llamada «izquierda abertzale» que diera pasos para acabar con el terrorismo de ETA, parecen indicar que no todo está atado y bien atado. La respuesta inmediata de Bildu fue hacer oídos sordos a la petición. Además, se han empezado a observar algunos gestos preocupantes en los actos y concentraciones de la coalición, que apuntan a que los proetarras van a imponer su autoridad a Eusko Alkartasuna y Alternatiba. Por si no tienen claro quién es el que manda y gracias a quién están en las elecciones (se trataba de dos partidos políticos llamados a la desaparición por falta de apoyo ciudadano).

En este panorama, los presos de la banda pasarán a primer plano a partir del 23 de mayo y los candidatos de Bildu que resulten elegidos secundarán la campaña de forma unánime. El viernes, cuando ya sabían que las listas de la coalición concurrirían a las elecciones, los proetarras trataron de boicotear un mitin del vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en Pamplona. La Policía, y no los deseos de paz de los manifestantes, lo evitó. Entre las consignas que gritaban estaba la de una nueva amnistía.

Reversibles
A este respecto, los expertos antiterroristas avisan de que los gestos que pueda hacer la banda, incluso el de anunciar una posible disolución, son siempre reversibles y de carácter táctico. Mientras, los que se realicen del lado del Gobierno y las instituciones, tienen, por mucho que se quiera decir lo contrario, difícil vuelta atrás. Todo ello, sin olvidar el coste político que puede suponer que ETA regrese, pese a todo, a los atentados y la extorsión.

López no pactará con la coalición
El lendakari Patxi López se comprometió ayer a que el PSE no pactará con Bildu en ningún ayuntamiento ni en ninguna diputación tras el 22-M, porque entiende que la coalición tiene que ser «más exigente contra ETA, pidiendo sin juegos de palabras su disolución».
Según dijo, «a ser demócrata se aprende practicando» y, mientras, el PSE/EE no pactará con Bildu en ninguna corporación para formar «mayorías de progreso».