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Un hospital para tortugas

En el centro de Tenerife, las tortugas reciben terapias específicas de recuperación antes de ser liberadas
En el centro de Tenerife, las tortugas reciben terapias específicas de recuperación antes de ser liberadaslarazon

MADRID- Un promedio de 80 ejemplares de tortuga boba son rescatados cada año en Tenerife en el centro de recuperación de fauna silvestre (CRFS). El dato, dado a conocer hace una semana en el II encuentro de Centros de Rescate de Tortugas Marinas muestra que este centro es el más importante en Europa, al ostentar el mayor número de rescates de tortugas marinas del continente.

La mayoría, procedentes de Cabo Verde y Costa Rica, son salvadas y atendidas en el centro para posteriormente ser liberadas y devueltas a su hábitat natural. Durante su estancia en el centro reciben terapias específicas de recuperación, y luego, antes de ser devueltas al mar, son identificadas. Así, el sistema novedoso de identificación que sólo aplica Tenerife, consiste en la obtención de la huella individual través del estudio de la disposición de las escamas de la cara.

El centro de recuperación
El centro al que llegan estas tortugas bobas cuenta con una superficie de unos 1.800 metros cuadrados y está situado en el Centro Ambiental La Tahonilla, en el municipio de la Laguna. Su grado de importancia viene dado por el número de ejemplares que atiende cada año, más de 2.500 de la fauna silvestre accidentada, entre aves, reptiles y mamíferos.

En la Tahonilla trabajan un veterinario, un ayudante técnico y tres operarios de fauna adscritos al Centro de Biodiversidad de la Corporación insular. Las actuaciones del personal del CRFS se dividen en función del tipo de atención que tienen que recibir los animales. Muchos de ellos, entregados al centro por ciudadanos, entidades públicas o colaboradoras, clubes de buceo, cofradías de pescadores, muelles deportivos o embarcaciones de recreo.

El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) se enmarca dentro del Plan de Biodiversidad del Cabildo y se ha constituido como una herramienta para la conservación de la biodiversidad insular. Sus objetivos son recuperar y rehabilitar la fauna terrestre silvestre accidentada, prestar asistencia a la fauna marina accidentada, reintroducir a los animales en su medio natural cuando estén recuperados, y repoblar con los excedentes de cría, los ambientes naturales idóneos ecológicamente para cada una de las especies.

La consejera de Medio Ambiente en Tenerife, Ana Lupe, destacó la necesidad de dar a conocer «la importante labor que el cento realiza» y apostó por «seguir trabajando en la misma línea».
 

 

Una especie en peligro de extinción
La tortuga marina Caretta Caretta, más conocida como tortuga boba, es la segunda especie más distribuida en el mundo, y también una de las más explotadas. Este animal, protegido en muchos países, ha sido cazada durante siglos por la calidad de su carne y por la dureza de su caparazón. Ante esta situación, Estados Unidos ha sido el último país en considerar a este tipo de tortuga marina como especie en peligro de extinción. La decisión está relacionada por el aumento de causas que provocan su desaparición, como la captura accidental en las pesquerías, el cambio climático y la contaminación marina.