Energía

Un paso de gigante contra el CO2

Tras años de pruebas, Siemens y EON logran capturar más del 90% del gas que se genera en una planta de Alemania y reducir en un 6% la pérdida de electricidad por este proceso. Ya trabajan para que sea menos de un 5

Un paso de gigante contra el CO2
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El dióxido de carbóno (CO2) sigue siendo el talón de Aquiles de las centrales de carbón que, gracias a las tecnologías limpias, ya pueden reducir en casi un 50 por ciento las emisiones de óxido de nitrógeno y en un 90 las de sulfuro. Los logros alcanzados en el proyecto piloto de Siemens, llevado a cabo en la unidad 5 de la central eléctrica de carbón de Staudinger (Alemania) de EON, demuestran que hoy es posible mitigar este gas.
Allí, no sólo han reducido en más de un 90 por ciento el CO2, sino que, además, han conseguido que la eficiencia de la planta, con una potencia de 510 MW, no se vea apenas alterada por este proceso. «Tras más de 4.500 horas en funcionamiento desde su puesta en marcha en 2009, se ha demostrado que el proceso de captura de post-combustión desarrollado por Siemens permite capturar en más del 90 por ciento el CO2 de los efluentes gaseosos, con casi cero emisiones de disolventes», precisa Hermann Kremer, vicepresidente del Sector de Energía y Nuevas Tecnologías de Siemens.
En concreto, este proceso, llamado PostCap, permite capturar el CO2, tanto en instalaciones nuevas como en otras ya existentes, gracias a un agente de lavado especial formado por una solución de sal de aminoácidos, que –a diferencia de otros procesos previos– no exige una limpieza exhaustiva de los efluentes gaseosos tras la captura del gas. De hecho, este agente de lavado se puede usar una y otra vez. Además, la eficiencia de la central sólo se ve reducida en un seis por ciento, cuando en un principio se pensaba que iba a conllevar una pérdida del 10 por ciento de la electricidad generada en la planta.

Futuros proyectos
De hecho, «ya estamos trabajando para reducir la pérdida de eficiencia por debajo del 5 por ciento», avanza Kremer, tras reconocer que «al tratarse de una planta piloto, las emisiones de CO2 capturadas se han liberado a la atmósfera de nuevo, ya que la cantidad es demasiado pequeña para almacenarla».
En cualquier caso, el objetivo se ha conseguido: «Ya se pueden reducir las emisiones de CO2 a menos de 80 gramos por kWh», destaca. Y la de Alemania no será la única planta. «El próximo año está previsto utilizar esta tecnología en una instalación piloto en EE UU, así como en otras grandes instalaciones tras el convenio firmado con Masdar en Abu Dahbi», avanza el experto.