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Mas aparca su desafío soberanista por un día

Evita el discurso independentista pero se niega a dar una rueda de Prensa en Madrid para hablar hoy en Barcelona

Soraya Saénz de Santamaría y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, intercambiaron ayer unas tensas palabras antes del comienzo de la conferencia.
Soraya Saénz de Santamaría y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, intercambiaron ayer unas tensas palabras antes del comienzo de la conferencia.larazon

MADRID- Apocado, serio, tenso e incómodo, muy incómodo. El ya presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, no terminaba de encontrar su lugar en la V Conferencia de Presidentes. Su llegada al Senado nos recordó aquel ambiente gélido vivido en 2009, salvo que en aquella ocasión el motivo de ese frío cortante fue una espectacular nevada, no las aspiraciones soberanistas de un líder territorial. Mas era consciente de ello y no quiso darse prisa en llegar, vamos, que llegó el último y se fue el primero.

Pero el Mas de ayer no era el de los últimos días. La soberbia y el desafío se ocultaron para dejar paso a la prudencia y, por qué no decirlo, a la sensatez. Y es que el presidente en funciones catalán venía a esta reunión con las ideas muy claras: exigir al Estado que asuma más parte del déficit y descargar así a las comunidades autónomas del lastre que suponen las competencias de Educación y Sanidad. Nada de heroicidades ni salidas de tono. El líder de CiU se ciñó en todo momento al guión. Según narran algunos de los asistentes a esa reunión, «su introducción fue impecable» y no hubo mención alguna a la consulta independentista.

La unanimidad institucional mostrada ayer en la Cámara Alta se hacía extensible cuando de Mas se trataba. Todos los presidentes autonómicos coincidieron en señalar la «voluntad de cooperar» del líder catalán para «trasladar un mensaje de tranquilidad sobre la economía española», no sólo a los catalanes sino a toda Europa. Así las cosas, el presidente en funciones de la Generalitat centró su discurso en la «redistribución del déficit» mostrando su disconformidad con los criterios de reparto. Discrepancia que no impidió su firma en la declaración institucional, dotándola así de una unanimidad histórica, ya que es la primera vez que esto se produce desde que la Conferencia de Presidentes viera la luz el 28 de octubre de 2004.

Descortés con los medios
Sobra decir que Mas se negó a comparecer ante los medios al término del encuentro, como ya hiciera tras su reunión con Rajoy el pasado 20 de septiembre en La Moncloa. Es más, en aquella ocasión lo hizo en la embajada catalana en Madrid, algo que ni siquiera sopesó en esta ocasión. Será hoy, al mediodía, y en su terreno, la Generalitat, donde el líder de CiU dé las explicaciones pertinentes sobre lo ocurrido en la Cámara Alta. Lo más lejos de la capital y del lugar en el que ayer, una y otra vez, le recordaban lo importante y necesaria que es la unidad territorial.

Eso sí, es de justicia señalar que Mas no incomodó a ninguno de los presentes –bastante lo estaba ya él– y soportó estoicamente los envites de algunos de los líderes autonómicos presentes en la conferencia. El presidente en funciones de la Generalitat «no entró al trapo», comentaba uno de los presentes, y «se mostró prudente». Y no era para menos, ya que si algo tenía claro el resto de comensales era que de independencia, nada de nada.

Uno de los que charló «animadamente» con Mas fue el «nuevo» en estos lares, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, precisamente uno de los que le recordaron que sin la unidad territorial es imposible «trabajar conjuntamente». Ya en los pasillos de la Cámara Alta, González aseguró que el líder catalán no le replicó «nada» al respecto y que su relación fue «cordial, amable y muy constructiva». Es más, no tuvo reparo alguno en agradecerle su presencia en la Conferencia y su «lealtad constitucional».

Y así, todos y cada uno de los presidentes autonómicos que iban compareciendo en rueda de Prensa. Fueron muchas y muy variadas las formas de formular la pregunta, pero lo que todos los periodistas allí presentes queríamos saber era si Artur Mas la había liado o si alguno de los presentes se la había liado a él. Decepción para muchos, confirmación de un guión ya escrito para otros. La noticia de ayer estaba claro que no sería ésa.

El líder catalán tenía muy medido dónde debía pronunciar su discurso soberanista y no era en Madrid. No delante de una audiencia hostil más preocupada por sus problemas económicos que por las aspiraciones independentistas de un presidente regional. «Mañana haré una rueda de Prensa en Barcelona», concluyó. Quizá entonces sepamos algo más
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Se fue sin decir adiós al Rey
Después de que Mas instara recientemente al pueblo catalán a que ejerza la autodeterminación ya que «el Estado español no puede utilizar las armas», el encuentro entre el Rey y el presidente de la Generalitat era el más esperado. Ni el Monarca quedó exento del madrugón. A las 8:30 de la mañana, acompañado por el Príncipe, Don Juan Carlos descendía ayer del coche frente a la plaza de la Marina Española. Tras saludar al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y al de la Cámara Alta, Pío García- Escudero –y hacerse la foto correspondiente–, el Jefe de Estado y el heredero de la Corona entraron en el recinto para cumplir el ritual de tomar el café en la Biblioteca con los líderes de las comunidades. Antes de pasar a la sala, saludaron uno a uno a los representantes autonómicos. Y fue cuando el Rey le dedicó un parón al presidente de la Generalitat para intercambiar unas breves palabras. También lo hizo con el presidente de Valencia, el de Murcia y el de Melilla. Asimismo, se dirigió a los portavoces de los grupos políticos, menos a los de Entesa Pel Progrés de Catalunya y del PNV. Según informa Casa Real, el encuentro, de pie y a puerta cerrada, estuvo marcado por el momento económico y la situación de las comunidades. El Monarca aprovechó para dirigirse a Griñán y a Valcárcel para interesarse por las inundaciones en Andalucía y Murcia.
Cuarenta minutos después, el Rey y el Príncipe de Asturias salieron al exterior para hacerse la foto de grupo. Cuando los flashes dieron tregua, Don Juan Carlos se quedó hablando con los líderes de las comunidades, pero Mas se fue sin despedirse del Monarca. Desde que el Rey escribiera una carta en su nueva página web abogando por la unidad de España, cada toma de contacto con el presidente de la Generalitat se observa sin parpadeo. No obstante, desde CiU sostienen que «no hay que darle importancia al gesto», ya que el Monarca se entretuvo con otras personalidades.