Londres

La gran amenaza de Cameron

Boris Johnson brilla en el congreso «tory» y agrava la crisis de liderazgo del primer ministro. El alcalde de Londres no oculta sus ambiciones políticas

Johnson amenizó su discurso con numerosas bromas
Johnson amenizó su discurso con numerosas bromaslarazon

Londres- Una de las primeras cosas que aprenden los políticos cuando alcanzan el poder es no perder la compostura y saber reír las gracias ante determinadas situaciones. No importa que en su interior el chiste no les provoque ni la más mínima sonrisa. Bien lo sabe David Cameron, que ayer tuvo que hacer lo uno y lo otro cuando las cámaras recogían sus gestos mientras escuchaba atentamente el discurso de Boris Johnson. El alcalde de Londres se convirtió en el protagonista indiscutible del congreso anual que el Partido Conservador celebra en Birmingham. Fue recibido hasta con club de fans, como una auténtica estrella de rock. Y si ayer hubiera sido un día puntual no habría ningún problema. Pero su enorme popularidad empieza a ser ya una rutina y eso es algo con lo que el primer ministro no puede. Entre otras cosas, porque el rubio albino más conocido del país nunca ha descartado presentarse como futuro inquilino de Downing Street. La rivalidad entre Johnson y Cameron viene de lejos. Los dos estudiaron en el elitista colegio de Eton y los dos fueron miembros del club de Bullingdon en sus años en Oxford. El Partido Conservador siempre ha evitado hablar de su relación amor-odio para evitar repetir la tormentosa historia de los laboristas Tony Blair y Gordon Brown, pero todo el mundo sabe que entre los dos políticos saltas chispas.

El alcalde tenía ayer la excusa perfecta para limar asperezas, pero no lo hizo. Porque aunque alabó el «firme liderazgo» y la capacidad de tomar «decisiones difíciles» de su colega, en ningún momento descartó presentarse algún día como su sucesor. Astuto y orador excepcional, señaló que se rompería un brazo si fuera necesario para conseguir que Cameron ganase en 2015, pero no especificó si para entonces él ya sería miembro de la Cámara de los Comunes, paso previo para el Número 10. En una entrevista previa a la BBC, a la pregunta sobre si sería mejor o peor primer ministro que su compañero ya había dicho: «Eso es algo que no se puede verificar».

Por si esto no fuera poco, entre bromas –nadie como él sabe atacar con una sonrisa– llamó a Cameron «escoba» (éste le había llamado previamente «fregona»). También se refirió al ministro de Economía como «esponja» y al de Exteriores como «limpia polvo». La intención era buena. Dijo que «habían limpiado toda la porquería dejada por los laboristas», pero los «piropos» quedaban dichos. Una vez hubo felicitado Cameron por su cumpleaños, pasó a la acción y dijo que los nuevos impuestos a las rentas altas hacían al país «menos competitivo». «Tenemos que pasar de la era de la austeridad a la era de la empresa para hacer como hicimos con los Juegos Olímpicos, cuando creamos una plataforma para competir en el mundo».

Según un sondeo de YouGov, Johnson se desmarca como el político «más respetado» de Gran Bretaña, con el 58% de los votantes de su lado, por delante de Margaret Thatcher (46%) y por su supuesto, del «premier» (37%). Sus bromas hacen gracia a todos, menos a Cameron.

 

Una consulta sobre la UE tras las elecciones de 2015
El conservador David Cameron –que había prometido antes de las elecciones de 2010 un referéndum sobre el Tratado de Lisboa– abogó ayer por celebrar la consulta para abordar las relaciones de Reino Unido con la Unión Europea, por considerarla la forma «más transparente y sensata» para forjar un nuevo acuerdo con el bloque europeo. Tan sólo fue un movimiento para callar a sus filas, pero sin demasiada trascendencia porque, en cualquier caso, la consulta no será hasta después de las elecciones de 2015 y ésta tampoco preguntará a los británicos si quieren o no salir de la UE. La cuestión europea ha dividido a los conservadores británicos desde hace décadas, pero el sector euroescéptico del partido teme ahora que en las elecciones de 2015, el antieuropeo Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP) les arrebate buena parte de sus votos. «Europa está cambiando, la eurozona va a integrarse (...) es necesario si van a salvar la moneda única, pero creo que también abre la oportunidad a Reino Unido para conseguir un nuevo y mejor acuerdo con Europa», defendió ayer Cameron durante el congreso anual de los «tories» en Birmingham.