Chipre
La Fernandina ya no es duquesa por Jesús MARIÑAS
Quizá oliéndose el renovado conflicto familiar, o porque su padre le dejó 17 millones de herencia y un casoplón que acaso transforma en parador turístico, Pilar Medina Sidonia aceptó la oferta de Christie's para mediar, gestionar y revender «antiquités». Podría empezar con un patrimonio histórico hoy manejado por Liliana Dahlmann, la duquesa viuda que bajo su aspecto de lobo feroz acaparador, esconde mucha ternura.
O eso me aseguran quienes la conocen. Pregunto a Pilar que me confirme o desmienta el runrún cortesano donde ya solo hay Villa y melancolía palaciega: «¿Es cierto que su hermano primogénito Leoncio, actual duque de Medina Sidonia, le ha quitado el ducado de Fernandina?» –en su libro exhaustivo sobre las duquesas de Alba, Medinaceli, Osuna y Medinasidonia, José Carrilllo de Albornoz afirma que fue donado por la «duquesa roja» a su única hija. Pleitearon y ya no es duquesa–. «Todo se verá a su tiempo», me cuenta tras recibir el premio de «más elegante» en un interminable reparto festivo para el noveno aniversario de Kapital.
Compartió mesa con una condesa de Romanones próxima a los 90. Pitita Ridruejo recibió galardón «por su contribución a causas justas y solidarias». Lo observó Agustín Trialasos cerca de Albert Castellón, premiado por «Queremos hablar». Su esposa Susana resplandecía. Se entusiasmó con la calidez de Carlos Peñaloza «porque ya no quedan voces así». Asentía Valentín Paredes con su sobrina recién elegida «Miss Globe» en Chipre. La simpatía de Mario Casas levantó silbidos y chocó con la indiferencia ante el gesto siempre antipático de Fernando Tejero, nada que ver con los modos de sus hermanos que componen cuadrilla con Enrique Ponce.
Manolo de la Calva me anticipa que «¡Somos jóvenes!» está entre los himnos de las jornadas papales para la Juventud de la que ofreció ejemplo Patricia Pérez. María Ángeles Sanz premió a su hija Marian y respiraba «porque Rafa lo ha pasado muy mal». Mayra Gómez Kemp puso de pie al personal que enterneció a su marido Alberto Barco, 82 años que parecen 60: «Lo conservo hibernado», bromeó ya repuesta ante Ana García Lozano. Jacob Fitgerald rio con David Meca, Christian Gálvez y Almudena Cid frente a una Carmen Lomana que aseguró: «Esto de la tele cardíaca es algo letal». Le pedí explicaciones y me dijo que «un solo programa impacta más que seis meses de revistas». Quedó tan pancha luciendo unas medias metalizadas que cantaban más que Fonsi Nieto.
✕
Accede a tu cuenta para comentar