Navarra
Liberan a uno de los «trontzolaris» mientras buscan a un famoso «segalari»
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado mantienen abierta la operación desarrollada esta semana contra ETA en Guipúzcoa y Navarra, en la que se ha asestado un duro golpe al aparato logístico de la organización terrorista, tras incautarse en el caserío de Legorreta 1.600 kilos de material explosivo, además de detonadores, ordenadores y pistolas.
En esta operación se detuvo a los presuntos etarras y hermanos Aitor e Igor Esnaola y a Lander Etxeberria. Sin embargo, un cuarto componente del comando Erreka, Andoni Goikoetxea, consiguió huir. Así lo confirmó ayer el vicepresidente primero, al término del Consejo de Ministros.
Los integrantes del comando Erreka fueron captados por la banda etarra en 1998. «Llevaban muchos años activos», aseguró el ministro del Interior. De ahí la importancia de la operación porque «estos comandos legales son muy difíciles de investigar». Según Rubalcaba, Igor Esnaola, que ayer fue puesto en libertad por la Guardia Civil, estaría «en todo caso informado» y Lander Etxeberria habría servido de correo, en algunas ocasiones, entre la organización terrorista y el comando.
Mientras, Goikoetxea, quien junto a Aitor Esnaola, se encargaba de la «sucursal del aparato logístico de ETA». De esta manera, se refirió Alfredo Pérez Rubalcaba al caserío de Legorreta. «Hemos encontrado la sucursal del aparato logístico de ETA. Su centro de distribución en España. El aparato está en Francia, pero aquí tenían un centro de distribución». En este caserío, el comando Erreka fabricaba y distribuía explosivos, que, más tarde, distribuían por el país al resto de comandos, según confirmaron ayer fuentes de la investigación.
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