La crisis política tambalea el plan de rescate irlandés

El Ministerio de Finanzas de Irlanda no quiso anoche confirmar que el Gobierno haya acordado ya con la UE y el FMI el monto exacto del plan de rescate y calificó de «especulación» la cifra dada por los medios locales.

Crisis política

Irlanda se adentra en un terreno demasiado peligroso. A la crisis económica se suma ahora una crisis política que pone en riesgo la firma final al rescate fraguado desde Bruselas. Además de la deserción de los Verdes –con los que Fianna Fáil gobernaba en coalición–, Brian Cowen se enfrentó ayer a un grupo de diputados rebeldes de sus propias filas que amenazaron con abandonar la disciplina del partido.

El Sinn Fein, por su parte, presentó una moción de censura contra el primer ministro, después de que éste rechazara el lunes dimitir de forma inmediata.

La desconfianza se contagió también a los Independientes, cuyo voto es clave para sacar adelante cualquier propuesta en el Parlamento.

Éstos pidieron consensuar un programa económico con la oposición, pero parece difícil que Fine Gael y los laboristas tiendan la mano al primer ministro.

las dos formaciones pidieron ayer a Cowen que adelantara la presentación de los presupuestos a la semana que viene, en vez de dejarla para el próximo 7 de diciembre, para poder convocar elecciones generales cuanto antes. Pero el Taoiseach se cerró en banda y recalcó que sólo habrá comicios cuando todas sus medidas para reducir el déficit hayan sido aprobadas.

Hoy tendrá la primera prueba de fuego, con la presentación de su plan de ajuste para los próximos cuatro años. Se espera un paquete de recortes y subidas de impuestos valorado en 15.000 millones de euros.

Los Verdes apoyarán al Gobierno hasta enero, pero está por ver si Fine Gael y los Laboristas siguen el ejemplo. Los dos partidos se reunieron ayer para estudiar sus estrategias. La Comisión Europea pidió ayer a Irlanda que los devaneos internos no demoren las medidas claves para el rescate.

Tijeretazo al sector público, clave del plan
Con el impuesto de sociedades del 12,5 por ciento como intocable, está previsto que el plan de austeridad que hoy presenta el Gobierno –clave para el rescate- apueste por una reducción progresiva de los subsidios de desempleo y una rebaja del salario mínimo. Entiende que así evitaría la «persistencia» de la elevada tasa de paro. El plato fuerte estará en el recorte previsto al sector público. La Prensa especula con un tijeretazo de 20.000 empleos. El Ejecutivo quiere subir el IRPF y crear nuevos impuestos, como el inmobiliario, que podría entrar en vigor en 2012.