Sevilla
De Ruiz de Lopera a Benito Villamarín: el estadio sin nombre
El Real Betis sigue su proceso de renovación, tras la controvertida salida del ex presidente Manuel Ruiz de Lopera, y hoy ha dado un paso más. Cualquier bético que hoy transite por las inmediaciones de su estadio se llevará una sorpresa. El coliseo ya no tiene nombre.
Hace pocas semanas, los socios del club bético fueron convocados por el nuevo Consejo de Administración para decidir el nuevo nombre del estadio, que por amplia mayoría recuperará el nombre de Benito Villamarín.
El presidente más significativo de la historia del Betis, Benito Villamarín, adquirió el antiguo estadio Heliópolis en 1961, aunque su muerte pocos años después motivó que la masa social pidiera que el coliseo bético llevara el nombre de su persona.
Benito Villmarín se llamó entonces el estadio verdiblanco hasta 1997, cuando el entonces presidente Manuel Ruiz de Lopera quiso hacer un "platillo"del coliseo y que su nombre quedara en la memoria.
Inacabado y con muchas paralizaciones en las obras, el estadio nunca ha sido terminado por completo, tras la obra de Lopera, que ahora pasa a la historia.
Dos operarios contratados por el club se afanaban desde hoy para cambiar la rotulación completa del estadio. Una a una las letras que conforman el nombre del último presidente bético eran retiradas de la fachada principal y acababan en la escombrera.
Aunque la decisión tomada por los socios hace pocas semanas es vinculante, el consejo bético debe de ratificar el nuevo nombramiento en junta general para la toma de conocimiento de los compromisarios.
Más allá de cualquier disputa legal o ética, ya que Lopera amenazó con recurrir y torpedear el cambio de nombre, los béticos ya saben donde acuden cada vez que desean ver un partido del conjunto verdiblanco.
El Manuel Ruiz de Lopera ya es historia y desde hoy los béticos saben que vuelven al estadio donde vieron los mejores momentos de la historia reciente del club.
Desde el partido de Copa del Rey ante el Zaragoza de hoy, el coliseo verdiblanco ya puede volver a llamarse Benito Villamarín, una denominación que nunca debió perder y que vaticina un regreso a los mejores momentos del club de Heliópolis.
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