«Todo cabe» en las Atarazanas de la Junta y la Fundación

El presidente de la Fundación, Manuel del Valle, por su parte, consideró «beneficioso» para la ciudad la intervención de La Caixa, pero calificó de «falta de respeto» hacia el valor intrínseco de las Atarazanas el darle «simplemente» la consideración –en palabras del arquitecto Vázquez Consuegra– «de un gran espacio público cubierto como vestíbulo de acceso al ‘CaixaForum'».
«Hay que decir qué se va hacer y qué se podría hacer», señaló Del Valle, que incidió en que la caja «no va a proceder a una rehabilitación, ni mucho menos integral». Por ello, defendió la necesidad de que ésta asuma el proyecto «Galea Magna Atarazanas», reconociendo que esto «encarecería» considerablemente el coste, aunque apuntó a que otras instituciones, públicas o privadas, puedan colaborar, un planteamiento que expondrá personalmente el próximo lunes al arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra. Seguidamente, se irá reuniendo con cuatro de los candidatos a la Alcaldía, de quienes adelantó que cuenta con su total respaldo.

El ex aclalde aprovechó también para lanzar un «dardo» a la Junta al criticar que no incluyera en la concesión a La Caixa –durante 75 años– unas condiciones para garantizar que el edificio «fuera reconocible, es decir, que se diera una restauración del mismo».

Por su parte, dos de las principales asociaciones culturales, Adepa y Velázquez por Sevilla, expresaron su rechazo a la postura de la caja. La primera consideró «absolutamente denigrante» convertir las Atarazanas «en el vestíbulo del CaixaForum». «Nos alarma que la Junta y el Ayuntamiento alentaran el proyecto, que utiliza este monumento histórico para sus propios fines hablando de rehabilitación integral, cuando se pretende convertir este edificio industrial en un pasillo a la zona expositiva», criticó Adepa.

En la misma línea, Velázquez por Sevilla señaló que «no nos parece creíble» la incompatibilidad aducida por La Caixa. En declaraciones a Europa Press, su portavoz, Manuel Valdivieso, apuntó que la idea de la Fundación está «muy estudiada y es muy atractiva tanto cultural como turísticamente», dado que se convertirá en un nuevo foco de visitantes.

Esa intervención supondría rebajar la cota de suelo en las naves cuatro, cinco y seis a su nivel original del siglo XIII, es decir cinco metros y medio por debajo del suelo actual, con objeto de que pueda contemplarse cómo era el edificio y qué es lo que se hacía en él hace alrededor de 800 años, cuando funcionaba como astillero.