Actualidad
Cómicos en el cementerio
Entre las altísimas dosis acostumbradas de sensiblería navideña, aromatizadas este año con un notable incremento de anuncios de decenas de perfumes, ha habido una campaña que se desmarcó claramente para despertar una sonrisa y transmitir buenos sentimientos sin caer en la cursilería habitual de estas fechas: el homenaje de Campofrío a Miguel Gila, con numerosos cómicos reunidos en el cementerio para recordar al humorista.
El anuncio ha sido uno de los pocos, sino el único, capaz de salirse de las altísimas dosis de azúcar navideño, que se repiten una y otra vez hasta la parodia y los lugares comunes. Es cierto que cuando no hace mucho Freixenet intentó salirse del camino encargando su campaña a Martin Scorsese no logró muy buenos resultados, aunque también coincidió con un boicot a los productos catalanes; pero ello no debiera impedir que anunciantes y agencias tratasen de encontrar nuevas formas de felicitar las fiestas y vender sus productos.
Por eso es digna de elogio la propuesta de Campofrío, sobre todo en la versión larga de dos minutos, una auténtica película rodada por Álex de la Iglesia a partir de la idea de las creativas Mónica Moro y Raquel Martínez, de McCann Erickson. Del emotivo encuentro de los cómicos sólo sobra el bocata de chóped que comparten sobre las lápidas del cementerio, algo que parece impuesto para que aparezca el producto pero queda totalmente fuera de lugar y además es innecesario, porque con el cierre estaba claro que el anuncio es de Campofrío y hubiera quedado bastante más elegante y menos choricero. Con todo, una marca como Campofrío demuestra una y otra vez que para la publicidad no hay producto difícil, sino anunciantes y agencias más o menos inspirados y que se quieran arriesgar. Anuncios como el de los vegetarianos que deciden dejar probar a su hijo adolescente el embutido de pavo, «al menos que sea lo mejor»; o el de las amas de casa ahorradoras tocayas de Elena Salgado cuando la ex vicepresidenta acababa de ser nombrada y tenía el prestigio intacto son excelentes ejemplos de que para despertar el interés de los consumidores sigue siendo muy útil saber contar buenas y originales historias, aunque en principio no tengan mucho que ver con el producto.
✕
Accede a tu cuenta para comentar