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Alianza fuerte de mujeres

La Razón
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El conflicto de Oriente Medio es uno de esos problemas enquistados en la piel sangrante de la política mundial desde hace décadas sin que se perciban los más débiles indicios de solución. Se puede decir que, en ese sentido, no se diferencia mucho del contencioso que enfrenta a India y Pakistán o a la división entre las dos Coreas. Con todo, desde las más diversas posiciones han intentado solucionarlo diferentes instancias nacionales e internacionales. De la guerra a la paz pasando por el terror o la diplomacia, no hay recurso que no se haya esgrimido en algún momento y, sin embargo, aún quedaba por dar con la solución. Ésta la ha señalado con su habitual lucidez y rotundidad Leire Pajín. El conflicto de Oriente Medio se va a solucionar gracias a una «alianza fuerte de mujeres». Fuerte tendrá que ser, desde luego, si tenemos en cuenta que en los feudos del islam las mujeres pintan menos que un mudo en el coro de «La Traviata». Reconozcamos, sin embargo, que esa alianza fuerte de mujeres, dadas sus potencialidades, no puede limitarse a arreglar lo que nadie ha conseguido reparar en Oriente Medio. ¡Quiá!

Ya señaló una ilustre miembra que el problema de la economía española era que el PIB era masculino, porque cuando fuera femenino la situación cambiaría radicalmente y a mejor. Nadie lo dude. ¿Existe un problema de terrorismo? Es porque a él no se ha enfrentado una alianza fuerte de mujeres. ¿Estamos en bancarrota? Es porque no se ha puesto a echar las cuentas una alianza fuerte de mujeres. ¿Aumenta la deuda pública de manera vertiginosa? Que se entere la alianza fuerte de mujeres y se solucionará en un periquete. ¿No se dicta la sentencia del Estatuto de Cataluña? Si en vez de varones añosos presididos por una mujer, el Tribunal constitucional fuera una alianza fuerte de mujeres no estaríamos donde estamos. ¿Hay un problema de inseguridad ciudadana? Declárense abolida de la Guardia Civil y la Policía nacional y encárguese del tema a una alianza fuerte de mujeres. ¿Tirita el euro por culpa de los PIGS? Que le proporcione su calor femenino una alianza fuerte de mujeres. ¿Existe de verdad el calentamiento global? Da lo mismo, tanto si es cierto como si no; nadie podrá abordar mejor el tema que una alianza fuerte de mujeres. ¡Cuánto sufrimiento, cuánto dolor, cuánta miseria se hubiera ahorrado la población del mundo generación tras generación, milenio tras milenio, si una alianza fuerte de mujeres hubiera estado al mando! Los machistas que se agazapan en los más insólitos rincones podrán objetar que Golda Meir, Margaret Thatcher o Indira Gandhi no se caracterizaron precisamente por ser pacifistas. Cierto, pero es que estaban solas. Si hubieran formado parte de una alianza fuerte de mujeres, ni hubiera habido guerras para defender a Israel, ni guerra de las Malvinas ni guerra contra Pakistán. No les quepa la menor duda. Olvidémonos de la Internacional, de la ONU, del FMI, hasta de Green Peace. Alianza fuerte de mujeres es la consigna. La verdad es que no veo la hora de que Leire Pajín, acompañada de Elena Salgado, María Teresa Fernández de la Vega, Bibiana Aído, Carme Chacón y ZP –ya se sabe: «¡Ista, ista, ista, Zapatero es feminista!»– se marche de España para recorrer esos mundos de Dios dedicada a constituir la alianza fuerte de mujeres.