Música

Los Ángeles

Siete vidas en el escenario

El Templo del Gato lleva 27 años ofreciéndonos el mejor rock & roll y la mejor compañía para abrir la noche madrileña y para olvidarse de la dura semana de trabajoPARA NO PERDERSEDirección: C/ Trujillos, 7. Madrid. Teléfono: 91-547 83 75.Horario: De lunes a jueves, de 21 a 3 horas. Viernes y sábados hasta las 3:30 horas.

Siete vidas en el escenario
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MADRID- La mejor definición la tienen puesta en un letrero en la pared: «a California music bar». Aunque también podríamos titularlo con una de las mejores canciones del grupo de rock sureño por antonomasia del momento, los Blackberry Smoke: «Son of a Bourbon». Y es que es así, pues la idea de este local se gestó a princpios de los 80 en Los Ángeles (EE UU), donde residieron unos años los promotores del Templo del Gato: el uruguayo Fernando Mouro y el asturiano Arturo Cobas. Finalmente, fue en 1985 cuando el rock&roll sureño empezó a tronar en este garito y cuando las guitarras más garajeras se adueñaron del bar.
Es sabido por todos que en aquellos años Madrid vivía por la noche y dormía por la mañana, y este «Templo» de la buena música fue estigo presencial de los aconteceres de aquella época. Es por ello que por allí circularon los mejores músicos del momento y aparecieron en escena muchos de los que cogieron el relevo a mediados y finales de la década, como es el caso de Duncan Dhu y de Los Ronaldos. En este sentido, los dueños no pusieron barreras y también acogieron a artistas internacionales de la talla de Offspring y NOFX, a pesar de que el local no se caracterice por hacer bandera del punk californiano. Pero no todo dura y, hoy en día, los conciertos han quedado restringidos a tres fechas claves: el aniversario del local –11 de abril–, Halloween y Nochevieja. Sin embargo, esto no ha de preocuparnos, pues en pocos bares de Madrid se puede escuchar una música tan selecta. Además, su decoración le llevó a ser objeto de muchos cineastas. Por ejemplo, Fernando Colomo rodó allí «La vida alegre» en 1987 y Moncho Armendáriz, «Historias del Kronen», en 1992.
Sin ningún género de dudas, se trata de uno de los lugares donde los amantes del buen rock y del pop más trabajado podrán disfrutar de un copazo a gusto.