París
Sarkozy relativiza la derrota de su partido y apuesta por la unidad de la derecha
Por muchos paliativos que se utilicen, nadie en las filas conservadoras se atreve a negar los malos resultados cosechados por el partido gobernante de Nicolas Sarkozy. La UMP pagó como el resto de fuerzas políticas mayoritarias el precio de la desmovilización del electorado.
Pero en su caso el varapalo fue especialmente duro. Amenazada por el ascenso de la ultraderecha, la formación del presidente francés acusa el fracaso de una estrategia basada en la radicalización del discurso y la caza de votos en el coto del Frente Nacional, que aún tiene que demostrar que puede ser una alternativa creíble a escala nacional.
La UMP, que controlaba 42 de los 100 departamentos galos, pierde cuatro a favor del Partido Socialista, aunque Sarkozy minimizó ayer tanto la envergadura de la derrota en sus filas como el alcance de esa victoria al constatar la ausencia de una «marea rosa».
Sin embargo, el revés y la baja participación de su electorado tradicional traducen, no sólo el desinterés de los votantes conservadores, sino un desapego que algunos interpretan como un mensaje de castigo al jefe del Estado. Una sanción que ha favorecido a la extrema derecha de Marine Le Pen y que a trece meses de las elecciones presidenciales supone un muy mal comienzo para la mayoría presidencial cuya unidad ha empezado a fisurarse. Tanto que por primera vez su «candidatura natural» al frente de la derecha, como la mejor opción posible para ganar en 2012 los comicios al Elíseo, se cuestione ya en algunos sectores conservadores y haya dejado de ser un tabú.
Más aún cuando un nuevo sondeo confirmaba la calificación de la ultraderechista Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales, desbancado en cada caso tanto al candidato de la izquierda como a Sarkozy, si se presentara.
Pero el dirigente galo sigue apostando por aglutinar a toda la derecha como la mejor receta para evitar el ascenso del Frente Nacional y advertía ayer a quienes pretender abrir grietas. «Aquellos que cuestionan a nuestra familia política son los que no luchan por ella y los que quieren cuestionar su unidad no van a contar con nuestra complicidad» dijo el líder conservador ante los responsables de la UMP y en alusión a los díscolos socios centristas de su Gobierno.
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