Vitoria

El Museo Chillida echa el cierre de manera definitiva

La familia no ve «una clara voluntad» en las instituciones y la obra del artista volverá a ser una colección privada

La familia Chillida anuncia el cierre definitivo del museo del artista
La familia Chillida anuncia el cierre definitivo del museo del artistalarazon

La familia del artista Eduardo Chillida anunció ayer el cierre definitivo del Museo Chillida-Leku después de una década larga de funcionamiento y de un lustro de conversaciones con el Gobierno vasco, desde 2006, para intentar salvarlo. El centro, hasta ahora abierto al público, volverá a su actividad original como colección privada, que seguirá abierta para estudiosos, préstamos a otros museos y otras actividades. El cierre se produce ante la imposibilidad de la familia de asumir los elevados gastos de mantenimiento –600.000 euros en 2010– de una entidad que cuenta con 20 trabajadores y visitaban unas 90.000 personas al año, 254 al día de media, excepto en el último ejercicio, en que la crisis se hizo notar y la cifra baló a 60.000.


Unidad de la colección
La familia había acudido al Gobierno vasco y la diputación de Gipuzkoa en busca de soluciones, pero ha sido la imposibilidad de llegar a un acuerdo con estas instituciones en cuanto a las tres condiciones básicas que ponía la familia para el mantenimiento del centro lo que finalmente ha hecho a los herederos negarse a continuar. La familia exigía tres puntos únicos pero claves: la «unidad permanente de la colección en los actuales terrenos»; que el museo fuera monográfico de Chillida –aunque con posibilidad de acondicionar espacios paralelos para exposiciones temporales de otros artistas– y un «voto de calidad», o derecho a veto en aquellas decisiones que afectaran «a la salvaguarda de la obra y la imagen de Chillida».


Sin ayudas
«Siempre hemos sido optimistas, creíamos que llegaríamos a acuerdos, pero ya son muchos años de negociaciones», lamentaba ayer Luis Chillida, hijo del artista, en conversación con LA RAZÓN. Y explicó, en cuanto al segundo punto, que «de alguna manera, nos han cuestionado qué entendíamos por monográfico. Y no es ni más ni menos que lo que el Museo llevaba siendo estos diez años». El representante de la familia asegura que desde que en diciembre de 2010 se anunciara público el cierre, han tenido una única reunión a finales de enero en Vitoria con el consejero y la viceconsejera de Cultura del Gobierno vasco: «Después no ha habido más. Cada propuesta era más inaceptable que la anterior», y tiene claro que, por parte de estas instituciones, «no hay una clara voluntad de que el Museo siga adelante». Desde su creación, relata, la familia Chillida ha mantenido el Museo, «que no ha tenido ayudas más allá de las que puede obtener cualquier otro centro para organizar alguna exposición».



Compromiso
«El museo es un conjunto, como una obra más de mi padre. Se tiene que mantener como es», explicaba ayer Luis Chillida. «Si no lo hiciéramos, mi padre sería el primero que nunca lo habría aceptado. Es más, si él hubiera estado vivo, nunca nos habrían hecho las propuestas que hemos oído», añadía el hijo del artista. «Nuestro compromiso es con la obra de nuestro padre, su filosofía y su trabajo». Afectado por el desarrollo de los hechos, Luis Chillida valora positivamente lo que el centro ha supuesto estos años, con una media de 254 visitantes diarios («en Hernani, un pueblecito», recalca) y «el nivel de valoración de los visitantes, que según las encuestas, era altísimo, la gente lo disfrutaba: no todo son las cifras». Ahora, la colección quedará a disposición de estudiosos.