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Más corrupción por Iñaki Zaragüeta

La Razón
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Amenaza y chantaje. Al Gobierno socialista de Andalucía no le faltaba otra ocurrencia que echar mano de la extorsión, dicho sea en el significado real de la palabra, para continuar por el camino hacia el abismo. La advertencia de la consejera Carmen Martínez Aguayo de sacar a las masas a la calle si el Gobierno de Rajoy no rebaja la exigencia de reducir el déficit al 1,5 por ciento, suena más a coacción y, lo que es peor, a incompetencia de la Junta presidida por Griñán para llevar a aquella Comunidad hacia la superación de la crisis. Intolerable. Por lo que se aprecia, prefiere proseguir a la cabeza del desempleo y a la cola del crecimiento económico, antes de enderezar el rumbo y gestionar al dictado del desarrollo. Como si su objetivo se centrara en mantener, a costa del futuro de los andaluces, la cultura de la subvención y de todos los tejemanejes que de ella se desprenden. Lejos de rechazar la política de la corrupción a través de los ERE y de las ayudas a las empresas y encauzarse por la disminución y racionalización del gasto público, pretenden proseguir la vía del despilfarro y derivados. A propósito de ello, Rogelio recordaba ayer la plegaria que un amigo suyo elevaba, cada noche, a su santo preferido: «... Que la corrupción nos llegue a todos». La palabras de la consejera andaluza no pueden tener cabida en un Estado de Derecho, menos aún en un compromiso común. Al contrario, siempre, y en especial en este tiempo, se requiere lealtad, aunque ya se sabe que la lealtad es algo de la que casi todos hablan y muy pocos la practican. Así es la vida.