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Mercado mohíno

La Razón
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El mercado estival no tiene alegría. La crisis, circunstancia que no es nueva en el fútbol español, y que se agrava cíclicamente, está afectando, como se preveía, a las compraventas de jugadores. Ni siquiera el Madrid, especialista en los grandes expresos europeos, ha conseguido cerrar las contrataciones con rapidez. El Barcelona se ha empeñado en recuperar a Cesc y tampoco le está resultando fácil la operación.En el Bernabéu, como en la mayoría de los clubes, está planteada la operación salida antes que la de entrada. Vender es cada año más complicado dados los desorbitados salarios de que gozan sus jugadores, incluidos aquellos que no cuentan para el entrenador de turno y que, en teoría, son la clase baja del elenco. El Barça ha hecho caja con Chigrinsky y ha descargado la nómina con la salida de Henry. Lo importante este año no está solamente en la inversión, sino también en la reducción de la nómina.El Villarreal no ha renovado el contrato a Pires, Ibagaza y Javi Venta, quienes eran de los mejores pagados, y ha vendido a Joseba Llorente y Escudero. Está a la espera de recoger dineros por el traspaso de Godín. No haría ascos a la salida de alguna figura más. El Valencia, por necesidades de la obra, ha vendido a Villa, Silva y Zigic y está a punto de hacerlo con Marchena. A cambio ha contratado al menor precio posible y ha adquirido futbolistas sin inversiones importantes al no pagar traspaso. El Sevilla también ha vendido antes de comprar. Donde no hay harina todo es mohína.