Nueva York
Un comienzo de altura
«Falstaff»De Verdi. Solistas: A. Maestri, L. Tézier, J. Prieto, R. Giménez, F. Vas, C. Chausson, F. Cedolins, M. Cantarero, E. Fiorillo y M. Beaumont. Dir. musical: Fabio Luisi. Dir. de escena: Peter Sein. Gran Teatro del Liceo. Barcelona, 9-XII-2010.
El debut de Fabio Luisi en el foso del Gran Teatre del Liceu ha sido todo un acierto a pocos meses de su compromiso como principal director invitado del Metropolitan de Nueva York, especialmente por el trabajo para entresacar el gran mensaje póstumo de Verdi en una partitura de enorme dificultad y exigencia con muy variados matices cómicos y trágicos, dignos del excelente tándem formado por el gran compositor italiano y Shakespeare.
Tras más de dos décadas sin pisar el escenario del Liceo este «Falstaff» acumula otros grandes aciertos, como un reparto vocal de gran interés. El barítono Ambrogio Maestri, a pesar de su juventud, ha paseado el personaje protagonista nada menos que por la Scala de Milán conmemorando el centenario de la muerte de Verdi en 2001. Su gran tamaño y poderío vocal hacen de él un intérprete ideal para Falstaff, al que añade una excelente vis cómica y un destacado uso de las medias voces. A su lado el también barítono Ludovic Tézier volvió a encandilar al público liceísta con todos los registros, interpretando un Ford de libro, al igual que la veterana Mrs. Quickly de Elisabetta Fiorillo. Fiorenza Cedolins presentó una Alice interesante tras superar un problema en las cuerdas vocales que le ha mantenido lejos de los escenarios. La navarra Maite Beaumont sigue adelante con una importante carrera internacional y debutaba en el rol de Meg, con el que cumplió sin alardes. La pareja de jóvenes enamorados estuvo a cargo de una extraordinaria Mariola Cantarero, de cuidada emisión e impresionantes agudos, de una delicadeza extraordinaria como Nanetta, y un Fenton algo imberbe a cargo del joven y prometedor tenor Joel Prieto. Muy cuidados el Pistola del gran Carlos Chausson y el Bardolfo de Francisco Vas y correcto el Doctor Cajus de Raúl Giménez. Todo ello adobado por una divertida dirección, especialmente fiel al libreto original, ilustrada por una puesta en escena más que correcta. El Coro del Liceu se sumó a la fiesta completando una magnífica velada llena de aciertos que fue largamente ovacionada por el público.
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