Sevilla
La comisión sordina por Andrés Muriel
Más que de una comisión de investigación, en el caso de los ERE se trata de un torniquete indagatorio previo a que sus señorías cojan la sombrilla, el bañador y las cangrejeras. No se descarta, es lo único que no se descarta, que alguno acuda al antiguo Hospital de las Cinco Llagas con arena en el calcetín. El Parlamento lleva 17 años sin acoger unas comisión de investigación por la tozudez del PSOE. Y después de estos más de tres lustros del PP tirando del ronzal, la que está a punto de arrancar por uno de los mayores casos de corrupción en España –más de mil millones han escapado al control– coge ya la forma esperada: la del mero trámite.
A ver, no es que se le esté pidiendo a sus señorías que vayan a la comisión entonando entusiásticamente a coro las canciones de su pasado estudiantil, pero los tiempos y los nombres marcados por el bipartido PSOE-IU cantan. Cantan mucho. La mejor forma de ponerle al proceso la gran sordina es la que se ha adoptado: habilitar los meses de verano para que mientras el personal suelta en la orilla la bilis de la crisis y el paro, en la Cámara se hable de modificaciones presupuestarias, transferencias de financiación, intrusos en expedientes laborales, ignorados informes que alertaban de irregularidades, ayudas que empleó una fábrica de tapones de corcho en comprar una partida de cerdos, o que se gastaron en una pianola, en ropa, en cocaína, fiestas, copas y lo que todos estamos pensando. La declaración de Chaves y Griñán es un viernes de agosto, ferragosto en Sevilla para sus 31 días de calendario. Ya animarán las veladas de la comisión los Rolling, que no habrá quien ponga la oreja a los ERE. Chapó para PSOE-IU.
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