Famosos

Laudes por Aguirre

Desde que se supo de su cáncer, las hermanas del convento «Cachito de Cielo» no han dejado de rezar. La presidenta y su familia colaboran desde hace años con la obra social de estas misioneras de Chueca

Las monjas del convento de la Travesía de Belén mantienen desde hace años una muy buena relación con Aguirre, su madre y hermanas
Las monjas del convento de la Travesía de Belén mantienen desde hace años una muy buena relación con Aguirre, su madre y hermanaslarazon

MADRID- «La oración, cuando se hace con fe, siempre es eficaz». De eso saben mucho las hermanas misioneras del Santísimo Sacramento de Madrid. Por eso, en cuanto el lunes, una voluntaria les informó de que su amiga Esperanza Aguirre tenía un bulto cancerígeno en el pecho, se pusieron a hacer lo que mejor saben: rezar por ella.

Hace años que la presidenta o «Doña Esperanza», como la llaman las siete hermanas del convento de la Travesía de Belén, encontró en ellas, en su ex capellán, el jesuita Javier Repullés, y en su capilla su propio «Cachito de Cielo». Así es como los vecinos del barrio de Chueca conocen a la pequeña iglesia neogótica que, el día de su inauguración, hace cien años, se decoró de azul y blanco y con tantas pequeñas imágenes de ángeles que le dio este sobrenombre.

La colaboración de la familia Aguirre Gil de Biedma (ella, su madre, sus siete hermanos pequeños, su marido e hijos) con las hermanas misioneras y con su obra social «Cachito de Cielo» comenzó hace unos cinco años. «Nos ayudan en nuestra labor con los más necesitados y asisten a la eucaristía». Una labor que, ahora, las hermanas han querido corresponder rezando porque la operación saliera bien y por su pronta recuperación.

Así lo han hecho en sus rutinarias oraciones de las horas, que cada día marcan el horario de las hermanas. Entre salmo y salmo, estas religiosas han encomendado su salud a Dios, tanto en la oración de laudes –la de las 7:30 de la mañana– como en la de vísperas de por tarde. Ahora, que la operación ha sido un éxito ya planean hacer una misa para gracias. Nada les gustaría más que ella pudiera asistir.