Congreso Extraordinario del PSOE

Blanco asume que es difícil sustituir «al mejor»

El nuevo portavoz del Gobierno, José Blanco, ha asumido hoy su cargo admitiendo que será muy difícil sustituir "al mejor", en referencia a Alfredo Pérez Rubalcaba, y se ha comprometido a respetar la verdad, la inteligencia de la gente, la independencia de los periodistas y la pluralidad de los medios.

En su primera intervención como portavoz del Ejecutivo en el Palacio de la Moncloa y arropado por Rubalcaba, por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, y por numerosos dirigentes socialistas, Blanco ha confiado en establecer una "línea directa, caliente"de comunicación con los periodistas.


Hoy ha trazado sus prioridades, explicar qué hace el Gobierno y por qué, pero ha dejado las preguntas de los periodistas para su rueda de prensa tras el Consejo de ministros del viernes.
El titular de Fomento ha garantizado que su discurso será claro e institucional: "los españoles tienen razón, el enfrentamiento no nos hace avanzar, el ruido de la crispación interfiere en el buen funcionamiento de las cosas y quienes tiene la responsabilidad de representar a los demás deben estar a la altura de lo que significa nuestro país".


Tras asegurar que tratará a todos por igual, ha recalcado que se le va a entender bien aunque quizás haya quien se limite a fijarse en su acento gallego. Blanco ha agradecido la nueva muestra de confianza en él por parte de José Luis Rodríguez Zapatero y ha señalado que se la devolverá mediante el esfuerzo y el trabajo.


En este contexto, ha reconocido que es muy exigente y que considera que la austeridad consiste en no malgastar ni un segundo.

Previamente, Rubalcaba le ha entregado el testigo elogiando la elección de Zapatero porque Blanco es, a su juicio, una persona "muy cercana", que "está todo el día para lo que tiene que estar"y fiable. El ya exvicepresidente ha bromeado con la dificultad del cargo de portavoz por la pelea constante que supone entre el titular que se quiere dar y el que el periodista quiere colocar. Y ha recordado uno de sus "fracasos estrepitosos", cuando propuso a los fotógrafos un pacto de Estado para que sólo estuvieran presentes al inicio de las ruedas de prensa y después pudiera hacer gestos como tocarse la nariz sin ser retratado.