15M

Cansado de los «indignados»

La vida sigue igual en el campamento de la Puerta del Sol. Los jóvenes del movimiento 15-M siguen con sus reivindicaciones, celebran las asambleas diarias y sus actividades lúdicas forman parte de la pequeña ciudad creada en torno a la estatua ecuestre de Carlos III.

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Sin embargo, ayer la rutina se vio alterada por un hombre que irrumpió en la plaza y arrancó carteles y pancartas que los «indignados» habían colgado todos estos días anteriores. Ante esta actuación, un miembro de la Policía Municipal tuvo que intervenir y le impidió seguir con su actitud para evitar posibles altercados o que el hombre fuera increpado. Es la primera vez que un ciudadano actúa de esta manera al ver las pancartas, pero en cambio no es el único al que le molesta la afluencia de gente en la emblemática plaza madrileña. Los transeúntes se paran en los alrededores de las carpas para debatir y en algunos casos discutir sobre política.

En más de una ocasión, los participantes en estos debates improvisados llegan a la crispación entre ellos. Pero también se han visto estos días a los acampados increpar a gente que no compartían sus ideas. Es el caso de algunos medios de comunicación que han visto obstaculizado su trabajo por algunos «indignados», al considerar la afinidad política de cada uno de ellos un motivo para impedirles trabajar. A pesar de estar en un sitio público, el movimiento prohíbe filmar o fotografiar algunas zonas, así como durante las asambleas. En definitiva, los «indignados» han convertido la Puerta del Sol en su hogar e inevitablemente están ofreciendo una mala imagen a los turistas que estos días visitan la capital y están provocando el deterioro de la plaza con el paso del tiempo. «Lo que peor llevo es la suciedad», confesó Iván, quiosquero.

El popular edificio de «Tío Pepe», en rehabilitación, se ha convertido en un mural gigante donde los más «hábiles» del movimiento suben por los andamios y cuelgan sus pancartas gigantes. La cantidad de acampados es proporcional con la proliferación de carteles, un hecho que carga el ambiente y hace que los días de calor se intensifiquen. Cada día se cuelgan nuevas proclamas en cartones o incluso en «post it» de oficina. Desde una de las comisiones, los ciudadanos que deseen pueden escribir en estos pequeños papeles sus pensamientos, ideas y deseos de cambio, convirtiéndose en un lugar muy concurrido por los turistas, que observan y fotografían con asombro la valla donde están pegados.

El emblema de la ciudad, el oso y el madroño, también está empapelado y con un aspecto descuidado. La Puerta del Sol empieza a saturarse y los principales afectados son los comercios que forman la Zona de Gran Afluencia Turística. La mayoría están de acuerdo en que la historia está degenerando y sólo esperan que se resuelva la situación o que mientras dure, les respeten los establecimientos y no les afecten más.

Otra protesta en Sol
La concentración convocada para las 19:00 horas comenzó con retraso, pero congregó a más de mil personas. En esta ocasión, en la Asamblea de Sol se decidió hacer una «reflexión colectiva» para protestar por los recortes sociales, entre ellos las pensiones, la reforma laboral y el retraso de la jubilación. «Pensión mínima digna ya», «Recortes a ricos primero», «Ni paro ni pensionazo» o «Pagué mi retiro, pagadme vampiros» son algunos de los lemas que podían leerse en las pancartas.

El corazón de Madrid, empapelado.
La secuencia no puede ser más esclarecedora. Un ciudadano, cansado de que los «indignados» hayan convertido la Puerta del Sol en un cámping, aparta las pancartas del mobiliario público. La policía interviene para evitar que el gesto provocara algún conflicto.

Los comerciantes ya no aguantan más
La paciencia de los comerciantes y empresarios de la Puerta del Sol tiene un límite y ayer la Confederación de Empresarios de Comercio Minorista, Autónomos y Servicios de la Comunidad (CECOMA) advirtió de que convocará una manifestación pacífica de protesta la semana próxima para defender al pequeño comercio si no se disuelve la acampada. La grave situación que atraviesan los establecimientos ha llevado a tomar esta decisión, ya que durante una semana han aguantado las consecuencias del movimiento 15-M. Según explicó CECOMA, la concentración supone «defender el Estado de Derecho y las decenas de puestos de trabajo que están en juego si se sigue adelante la acampada».

El gremio ya tomó parte en el asunto cuando se reunió con los portavoces del colectivo, así como con la delegada del Gobierno de la Comunidad, Dolores Carrión, y el escrito que hicieron llegar a Rubalcaba. Sin embargo, los acampados continúan en la Puerta del Sol y no tienen intenciones de irse. Las principales consecuencias se han notado en las ventas que han disminuido más de un 70 por ciento y la estética de los escaparates que impiden la visibilidad de las tiendas. El movimiento, por su parte, reiteró por megafonía el respeto a las pequeñas y medianas empresas, pero no se comprometió a cuidar los escaparates de El Corte Inglés, con quien tienen una guerra abierta. Más tarde, aparecieron pintadas en el centro comercial, por lo que se instó desde megafonía que «no sembremos el odio. Han aparecido unas pintadas y quien se dé por aludido, por favor, que se encargue de limpiarlas».