ERE

Chaves presiona para desbancar a Griñán por los ERE

Maniobra para forzar al presidente de la Junta a dejar su cargo en el PSOE y evitar que repita como candidato

Manuel Chaves, ayer, en un acto en Tenerife donde aseguró que el PSOE volverá a ganar
Manuel Chaves, ayer, en un acto en Tenerife donde aseguró que el PSOE volverá a ganarlarazon

MADRID- José Antonio Griñán, «Pepe para los amigos», se arrepiente ahora de no haber tirado la toalla cuando tomó la decisión de hacerlo en 2007. Por aquellas fechas, concretamente el 12 de octubre, en el Palacio Real, el ahora presidente de la Junta de Andalucía no ocultaba su deseo de retirarse de la política. Tampoco ocultaba, ni deseaba hacerlo, su opinión sobre Rodríguez Zapatero. El salto generacional y la política de vaivenes de Zapatero le hacían sentirse a miles de kilómetros de distancia de su jefe de filas. Sin embargo, su todavía amigo Manuel Chaves le convenció para que le volviera a acompañar en el viaje electoral de 2008. Los que los conocen aseguran que Griñán aceptó, tras la promesa de asumir las riendas de la Presidencia andaluza, como así fue meses después. Chaves, con una imagen desgastada por los años en el poder, no podía seguir al frente del Ejecutivo andaluz.

En abril de 2009 relevó a su amigo en el despacho de San Telmo sin tan siquiera imaginar la que se le avecinaba: una guerra de guerrillas enquistada en el PSOE andaluz por el poder, a punto años después de diluirse en las urnas, como demuestran todos los sondeos. La primera batalla se saldó con el ascenso de Griñán a la Secretaría General de los socialistas andaluces, en marzo de 2010, en un congreso extraordinario y con el repliegue de Chaves a sus cuarteles de invierno: la Vicepresidencia tercera del Ejecutivo central.

Dos años después, el presidente del PSOE quiere volver a su tierra natal por la puerta grande en las elecciones de 2012 ante la falta de pulso de Griñán, acosado por los escándalos de Mercasevilla y los ERE. Un destacado dirigente socialista andaluz comenta a este diario que el abismo entre ambos dirigentes es tal que ya «ni siquiera comparten tardes de cine con sus señoras». Y es que el PSOE de Andalucía vive en estos momentos la madre de todas las batallas por las riendas del partido. Griñán se bate en singular duelo con Chaves. Pero en esta contienda, el presidente de la Junta está en desventaja. Los escuderos del vicepresidente tercero no son otros que el todopoderoso Gaspar Zarrías y Luis Pizarro, consejero de Gobernación.

En estos momentos, sectores socialistas presionan a Griñán para que adelante las elecciones autonómicas justo después de las municipales. Se trataría de evitar una mayor sangría en los comicios autonómicos, al calor del proceso judicial abierto por los casos de corruptelas. Sin embargo, Griñán ha cerrado toda puerta a esta posibilidad, pese a que el PSOE sufrirá un duro revés en las municipales con la más que posible pérdida del Ayuntamiento de Sevilla, que, según todos los sondeos, pasará a manos populares. Si hubiera cedido, sería la primera vez en años que Andalucía afrontaría sus comicios autonómicos en solitario, cosa a la que el propio Chaves también se ha negado.

Cerradas las puertas a ese anticipo electoral, un líder del socialismo andaluz confirma a LA RAZÓN que a día de hoy no se puede descartar un congreso extraordinario en otoño próximo, el segundo en menos de dos años. Los chavistas, que controlan ahora el partido, quieren descabalgar a Griñán de la Secretaría General. Para ello, preparan un hombre de confianza para sustituirlo en la candidatura de las autonómicas de 2012. Algunos apuntan a que el tapado podría ser el propio Chaves. De hecho, cuando Chaves puso rumbo a Madrid en 2009 lo hizo forzado por las circunstancias y con la esperanza de volver.

Ahora ha plantado cara a Griñán para conseguir poner a su hombre, al urbanista Manuel Ángel González Fustegueras al frente de la candidatura de la Alcaldía de Jerez. De momento, parece que Griñán ha conseguido bloquear la candidatura de Chaves. El tiempo dirá.


Dos hombres y un destino
Tras el paso de Griñán por el Gobierno central como ministro de Sanidad y de Trabajo entre 1992 y 1996, se incorpora de nuevo en el año 2004 al Ejecutivo andaluz. Se coloca al frente de la Consejería de Economía y Hacienda y se convierte en una de las personas de máxima confianza del presidente Chaves, al que le une además un fuerte vínculo de amistad. En los últimos años como consejero comparte, de hecho, el puente de mando del Gobierno andaluz junto al entonces vicepresidente primero y consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías. Su momento le llega tras la súbita marcha de Chaves a Madrid como vicepresidente tercero del Gobierno en abril de 2009. Y asume la tarea de coger el timón de la Junta de Andalucía. Desde ese mismo momento las relaciones con el ex presidente andaluz comienzan a deteriorarse. Griñán forzó a finales de ese mismo año la máquina para convocar un congreso extraordinario, que se celebró en marzo de 2010, y coger las riendas del partido. Rompió la bicefalia en tiempo récord.