Sevilla
El alcalde plantea sancionar a Sacyr si no finaliza las «setas» en diciembre
Sánchez Monteseirín defiende que no habrá más modificaciones ni más sobrecostes en el Metropol Parasol.
Diciembre de 2010 es la quinta fecha de finalización –tras junio de 2007, la primavera de 2008, el último trimestre de 2009 y los primeros meses de 2010– de las «setas» de la Encarnación, después de cuatro años de obras. Por fin, el alcalde habla de exigir responsabilidades a la concesionaria, Sacyr, si, una vez más –y como augura el primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, que señala la primavera de 2011, en base a informes técnicos– se incumplen los plazos. El regidor se comprometió a que no habrá más modificaciones en el proyecto –la última salió adelante con su voto de calidad en el Pleno– y a que el Consistorio no aportará más dinero del ya comprometido: unos 90 millones de euros, más del doble de lo establecido inicialmente; sin contar la concesión durante 40 años de los espacios lucrativos a Sacyr ni los nueve millones de frenar la obra anterior iniciada con el PA al frente del Urbanismo local.
Sánchez Monteseirín subrayó ayer que la fecha del 31 de diciembre de 2010 es un compromiso de la constructora. Como en el resto de los casos, cabe añadir. Por ello, el alcalde asegura que es un plazo «exigible por nuestra parte, y en eso vamos a volcarnos».
«Vamos a estar muy encima para que, efectivamente, la constructora cumpla con las fechas comprometidas», manifestó Monteseirín en una entrevista con Europa Press. Sobre el «profundo escepticismo» de Torrijos, el regidor hispalense reconoció desconocer «de dónde saca eso, no sé si hay un poco de pesimismo, o quizás la intención de curarse en salud».
«Han sido unas declaraciones más basadas en unas impresiones que en datos concretos, porque si te acercas a la obra parece que le falta mucho, pero no le falta tanto», señaló Monteseirín sobre su socio de Gobierno.
El alcalde achaca el sobrecoste a las peticiones de los comerciantes de la zona, los cuales llevan 37 años en un mercado provisional y, se supone, podrán mudarse al Metropol Parasol a final de este mes. «Hay que tener en cuenta que la mayor parte del incremento presupuestario se debe, y así lo dice el Consejo Consultivo en su dictamen, a las mejoras planteadas en relación a las peticiones de los placeros, la habilitación de un museo arqueológico frente a aquellos que planeaban destruirlo, y la urbanización del entorno acorde con la importancia de la zona y la nueva regulación de la movilidad», afirmó Monteseirín.
Parte del sobrecoste también se debe –defiende– a las mejoras en seguridad, relacionadas con la unión entre las juntas de las maderas. «Ha habido que esperar a que se innovara un sistema para garantizar totalmente esas uniones», resaltó, obviando que estos aspectos no se contemplaron en el concurso de adjudicación celebrado en 2005, en el que resultó ganador el alemán Jürgen Mayer entre 65 candidatos, con la opción más cara (por entonces, 33 millones). La constructora tardó «mucho tiempo» en encontrar soluciones técnicas avanzadas, admitió Monteseirín, al tiempo que habló de un concurso de ideas «muy ambicioso, creativo e innovador, lo que supone una dificultad añadida».
Una «relación especial»: 40 millones para Sacyr si se suspende la obra
Hasta ahora, la postura del alcalde respecto a los retrasos de Sacyr en el Metropol Parasol era la misma que con las obras de Sando en la Alameda, con una demora de año y medio de la que quedó «muy contento» al ser «una obra muy compleja». «Ni mucho menos nos lo planteamos», dijo hace unos meses. Con las «setas», además, argumentó la «especial relación» con la adjudicataria, encargada, a su vez, del metro. El pliego de condiciones del contrato para reurbanizar la Encarnación incluye penalizaciones por los retrasos cuando éstos no sean imputables a fuerza mayor o a la Administración. El artículo 32.2 recoge sanciones de 301 a 3.000 euros por falta grave y con un máximo de 3.000 euros al día si se persiste en los incumplimientos. Uno de los principales motivos para seleccionar a Sacyr fue que garantizaba un plazo de 20 meses. El cambio del alcalde se produce después de que el secretario municipal –que señaló que la obra debió pararse en mayo de 2007–y el Consultivo hayan instado a depurar responsabilidades. Ahora dice que sí, pero cuando acabe la obra y apunta a Sacyr y al arquitecto. Si se hubieran parado los trabajos, según Urbanismo, el Ayuntamiento tendría que haber pagado 22,5 millones a Sacyr. Tras el varapalo del Consultivo, el Ayuntamiento valoró en 38,4 millones la paralización, rechazando esta opción y, ahora sí, planteándose sanciones por los retrasos.
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