José Sancho / actor: «Huyo de las caricaturas por eso mis personajes son creíbles»

Han pasado 36 años desde que un jovencísimo José Sancho se «coló» en millones de hogares españoles, gracias a su personaje de «El estudiante» en la mítica serie «Curro Jiménez». Pese al paso de los años, mantiene intactas su ilusión y sus ganas de trabajar. Actor versátil donde los haya, transfunde a cada una de sus interpretaciones su propia sangre. El resultado son personajes tan creíbles como Rubén Bertomeu, el constructor corrupto, alma de «Crematorio», la ficción revelación de este año, y que ha sido galardonada con el Premio Ondas. Dentro de poco, también le veremos en «Hispania».

-Enhorabuena por el Premio Ondas. La crítica coincide en que es un galardón muy merecido.
-Estoy muy satisfecho. Creo que «Crematorio» es uno de los productos más punteros de los que se han hecho este año en España.

-Llama la atención que haya tenido tanto éxito una serie que se ha emitido en Canal+.
-Pues imagínese si se hubiese visto en abierto. La Sexta ha adquirido la serie, por lo que, tras la absorción, es posible que se emita en Antena 3.

-También es atípico que la trama se resuelva en una única temporada.
-«Crematorio» tiene un principio y un final, como las películas de toda la vida. La mayoría de las series se estiran si funcionan y, a veces, la creatividad de los guionistas no da para tanto.

-«Crematorio» es una ficción basada en la corrupción urbanística, ¿cree que la realidad puede llegar a superarla?
-Hay mucha gente corrupta. Cuando hay dinero cerca, es muy difícil escapar a la tentación, y así está España. Afortunadamente, quedan personas decentes que luchan por sacar adelante este país.

-El papel le va como anillo al dedo. Difícilmente se puede imaginar un Rubén Bertomeu que no sea José Sancho.
-Yo he acoplado el papel a mi manera de actuar. Huyo de las caricaturas, por eso mis personajes son creíbles.

-¿De cuál se siente más orgulloso?
-Me reconocen por muchos personajes. Estoy agradecido tanto a Rubén Bertomeu, como a Don Pablo o a «El estudiante».

-Hablando de Don Pablo, ¿cómo recuerda a este personaje de «Cuéntame cómo pasó»?
-Con cariño. A lo mejor otro actor hubiera hecho la caricatura de un fascista y ya está, y yo interpreté un Don Pablo que, en el fondo, no era más que un caradura.

-¿Volverá?
-No. Me fui para hacer otras cosas. Un actor no puede dedicar toda su vida a hacer lo mismo.

-Usted es un actor muy versátil. De hecho, muy pronto le veremos en «Hispania».
-Sí. Acabo de terminar la tercera temporada de la serie, y en febrero comienzo el rodaje de su secuela, en la que interpreto a un cónsul romano.

-¿Cómo se ve de patricio?
-Uno de los trabajos de los que me siento más orgulloso es de «Memorias de Adriano». El clásico es un mundo en el que me siento muy cómodo.

-¿Cree que la televisión ha tomado el testigo del cine?
-No creo. Lo que pasa es que en una película tarda más en verse el mal producto. En el cine, hay mucho advenedizo, que consigue subvenciones, pero ellos también tienen derecho sobrevivir, aunque no me gusta que sea con mis impuestos.

-¿Cómo ha evolucionado José Sancho desde «El estudiante»?
-Soy el mismo, aunque con 36 años más. Sigo teniendo ilusión, ganas de trabajar, de aprender... El éxito de «Curro Jiménez» no me volvió loco. Creo que por eso estoy aquí.