Ley electoral
Mercados versus votantes
El Gobierno tiene, por un lado, que tranquilizar a los mercados para evitar que el país descienda a límites peligrosos como sucedió en el mes de mayo cuando la UE y otros organismos internacionales le obligaron a adoptar una serie de medidas que son la base de la Reforma Laboral.
Este es también el origen del contenido austero de los Presupuestos con los que no puede crecer el país ni el empleo, pero que aparentemente reducen el déficit desbocado. Las cuentas generales del Estado meten la tijera en todos los apartados, excepto el de los Sindicatos a los que no ha recortado ni un euro. Vuelve a darles 20 millones de euros para que se les pase el enfado a Méndez y Toxo y echen una mano al PSOE con el fin de recuperar a esa parte importante de su base electoral que está enojadísima y que si bien no va a cambiar el sentido de su voto, es muy probable que se refugie en la abstención, de acuerdo con las encuestas realizadas por el partido que sostiene el Gobierno.
Para tratar de evitarlo, Zapatero tiende la mano a las centrales y al tiempo que les advierte de que la Reforma Laboral está aprobada y es inamovible, les abre la puerta a pactar otros puntos como la edad de jubilación o incluso el nombre del sustituto de Corbacho.
Y es que Zapatero no deja de sorprender; lo mismo negocia las transferencias vascas con la oposición que el nombre del ministro de Trabajo con los sindicatos. Ver para creer.
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