España
El patoso en el limbo por Julián Redondo
La Selección recibe elogios de todos los rincones del mundo. Ganó a Italia, venció a los escépticos, derribó los muros de la incomprensión con un fútbol reconocible y multiplicó en 90 minutos su número de seguidores. La Selección engancha también a los más exigentes, o intransigentes, a quienes no le perdonan ni un empate ni una victoria por 1-0. Es como si la final la hubiera redimido de un pecado que nunca cometió. Demuestra con ello que también es capaz de regatear a la injusticia. Es fuerte, capaz, única. Y así como los vencedores son más grandes cuanto más poderosos son los adversarios a los que derrotan, una fiesta no está completa si falta el patoso de turno, que suele ser arrojado de la sala a banquetazos. Y no, el que metió la pata no estaba anoche en Cibeles, el corazón de «La Roja», ni en el Tour, recién iniciado. El fastidioso aprovechó el Twitter para dejar su pestilente impronta. El vómito: «L'estil i els jugadors apàtrides i mercenaris del Barça faran guanyar Espanya. Ens fotrem! La culpa és nostre per no tenir un Estat propi!», es decir: «El estilo y los jugadores apátridas y mercenarios del Barça harán ganar a España. ¡Nos joderemos! ¡La culpa es nuestra por no tener un Estado propio!». Su autor, Alfons Godall, vicepresidente del Barcelona en la época de Joan Laporta. Representante destacado del pensamiento único, fue también quien criticó a Sandro Rosell, «por no estar bien con la Federación», y sembró de sospechas los triunfos de su equipo durante su vicemandato. Quizá si hubiera visto la cara de felicidad de todos los jugadores de la Selección, desde Casillas a Valdés, se habría metido los pulgares por donde amargan los pepinos.
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