Felipe González

Para temblar

La Razón
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Tiene gracia que venga ahora Rubalcaba pidiendo regeneración de ideas. El vice-one lleva instalado en el poder desde los gloriosos tiempos de Felipe González. Con un currículo como el suyo, se supone que a nuestro hombre las ideas le dan un poco igual, con tal de seguir mandando. Le valían las de FG tanto o igual que después las de ZP, porque ambas las ha defendido con el mismo entusiasmo. Ha estado 22 años o más ejerciendo cargos, dirigiendo Ministerios, organizando eventos, ideando estrategias, celebrando cumbres y asesorando a presidentes, en momentos clave de la vida española como los de la corrupción felipista, el apogeo del Gal, la manipulación de la jornada de reflexión del 14-M, la crisis económica, la negociación con ETA o el chivatazo del Faisán. Tiempo más que sobrado para haber demostrado que era capaz de regenerar y de regenerarse. Si no lo ha hecho no será por falta de oportunidades o de medios. Ha tenido de todo en abundancia y ha sido colaborador necesario de unas políticas nefastas que se han demostrado equivocadas. Por todo ello, no sé muy bien por qué motivo habla ahora «llámame Alfredo» de regeneración ni a qué se refiere cuando lo manifiesta. Si la regeneración de ideas que él propone equivale directamente a asumir las suyas es como para no creer en nada. O para echarse a temblar.