Los hosteleros proponen multas directas de cien euros contra el «botellón»

Valencia- La marea alcohólico-festiva que inundó las calles de Valencia durante la semana fallera no puede denominarse «botellón». Ni ambulante, como lo calificó la concejala de Medio Ambiente, ni sedentario, ya que, según recuerdan desde la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV), las leyes contemplan la excepcionalidad de las fiestas y permiten una práctica que el resto del año se persigue.

Contra ésta, la de los fines de semana, es contra la que luchan Ayuntamientos, bares, restaurantes y vecinos. Tanto, que los hosteleros han puesto sobre la mesa de la Administración la ordenanza que regula este fenómeno en Palma de Mallorca y que incluye, entre otras medidas, multas directas de cien euros a aquellos que consuman alcohol en la vía pública.

Según explica el portavoz de la FEHV, Vicente Pizcueta, el procedimiento que se sigue actualmente en la capital valenciana es tan lento como estéril. «La Policía te descubre, requisa el alcohol, lo lleva al laboratorio, espera los resultados, y luego sanciona. Mientras tanto, pasan días y semanas». La alternativa es un castigo monetario, lo suficientemente elevado para que les duela en el bolsillo a los jóvenes, pero no tan alto como para que afecte a la economía familiar.

Y es que el modelo balear es uno de los que han tenido en cuenta a la hora de proponer una ordenanza «potente» que acabe con una práctica, por otra parte, cada vez menos habitual. Porque los hosteleros confirman lo que días atrás celebró el rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, acerca de la casi de la desaparición del «botellón» en el campus de Tarongers debido a la presión policial.

Actualmente, explica Pizcueta, los «puntos negros» se localizan en la Plaza de España, en la del Cedro, en la avenida Blasco Ibáñez y en la zona portuaria. Una dispersión que «neutraliza el efecto llamada» y está provocando que desde el pasado mes de octubre el número de participantes sea menor. «Habrá que ver qué ocurre ahora que llega el buen tiempo». Para mantener esa tendencia a la baja, los hosteleros proponen, además de las sanciones, una mejor distribución de las patrullas policiales.

Lanzar ofertas más concretas para salvar el sector
Una de las propuesta de los hosteleros que ya medita el Gobierno valenciano es la de extender los beneficios de las fiestas falleras, «no solo cuatro días, sino una semana e, incluso, todo el mes de marzo». El éxito de los últimos días ha llevado a bares y restaurantes a plantearse planes de actuación que consigan llenar las maltrechas cajas. «A veces, no es cuestión de dinero, sino de iniciativas más novedosas». Los paquetes de ofertas concretas para fechas señaladas, como Halloween, San Valentín o Semana Santa, son algunas de las que se estudian.