Bruselas
La UE reforma el Tratado para incluir un fondo de rescate permanente
Zapatero llamó a Rajoy antes de la cumbre para comentar con el líder de la oposición la postura española en Bruselas.
Una nueva cumbre de los líderes europeos en Bruselas. Y una nueva necesidad de presentar nuevos artilugios financieros, o iniciativas políticas ambiciosas, para proteger a la eurozona. En esta ocasión, los Veintisiete optaron por una declaración firme de principios: hacer «lo que sea necesario» para blindar al euro.
Los primeros espadas de los Veintisiete ratificaron una reforma limitada del Tratado de Lisboa que ya llegaba cocinada y al que, tras sólo un año de vida, se han injertado dos frases para hacer permanentes los 440.000 millones de la Facilidad Europea para la Estabilidad Financiera, que expira en 2013. La principal novedad del futuro mecanismo será que, ante una crisis de solvencia de un Estado miembro, los inversores privados soportarán parte del coste, con un aplazamiento del pago de la deuda o con una renegociación. Para las crisis de liquidez, como las que han obligado al rescate de Grecia o Irlanda, el fondo facilitará una línea de créditos bajo una estricta condicionalidad.
La inclusión del sector privado fue una exigencia de la canciller alemana, Angela Merkel que, desde que abrió el melón el pasado octubre, desató el segundo ataque de los mercados financieros contra la deuda soberana de Portugal, Grecia, Irlanda y España. Desde entonces, los europeos se han embarcado en una política de contención de daños para la que algunos, como el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, recomendaban «disciplina verbal» para no alimentar la especulación financiera. En la rueda de prensa posterior a la reunión de ayer, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, subrayó «la clara determinación» entre los líderes para decidir «cualquier medida que sea necesaria», y destacó los «cambios radicales» aprobados durante el último año.
En esta línea, los líderes de la UE cerraron filas de nuevo en torno al euro asegurando que harán «lo que se requiera» para garantizar la estabilidad de la eurozona, según subrayo su presidente, Herman Van Rompuy. Este compromiso general podría incluir la ampliación de este fondo de 440.000 millones, para intentar dar el golpe definitivo a la desconfianza de los parqués, una idea que estaba sobre la mesa y la que más posibilidades tenía de prosperar, al ser respaldada por parte de los líderes conservadores, según comentaron fuentes de esta familia. Otra alternativa que tienen los Veintisiete es flexibilizar la finalidad de este mecanismo de rescate, para que sirva también para comprar deuda soberana de un socio presionado por los inversores, y que no sólo interviniera en último momento para inyectar liquidez. Hasta ahora, se ha requerido al Banco Central Europeo a realizar estas compras, para las que ya ha desembolsado 72.000 millones de euros.
La ultima opción, y que recibió importantes apoyos antes de la cumbre, fue la creación de eurobonos, una vieja idea que volvió a desempolvar el presidente del Eurogrupo (los países que agrupan al euro) y primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker. La idea ha sido respaldada también por el Parlamento Europeo y los socialistas europeos.
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