Los feudos del PP

La continuidad política es una de las características que tienen en común las comunidades autonómicas gobernadas por el PP. Ninguna de ellas presenta riesgo de pasar a manos socialistas, cosa que sí ocurre con algunos feudos del PSOE. Otra característica es que tampoco el PP mantiene en ellas el poder a base de «ERES» ni «PERES», sino de hacerlas crecer económicamente. La tercera característica de los «feudos populares» es que tampoco se mantienen a fuerza de campañas electorales tipo doberman que exploten el voto del pánico al clásico estilo del socialismo andaluz. Es de justicia constatar que la casposa consigna chavista –y antes guerrista– de «¡que viene la derechona!» no encuentra un modelo simétrico en las campañas que diseñan los populares para mantener y aumentar sus votos autonómicos. Nunca se ha visto a una Esperanza Aguirre ni a un Francisco Camps intentando meter el miedo en el cuerpo al personal con el «¡que vienen los rojos!», lo cual demuestra una obvia madurez tanto en el electorado como en los líderes de la derecha española, que no necesitan recurrir al argumento esencialista de la identidad ideológica como hacen la izquierda y los nacionalismos. En todo caso el PP mete miedo con el «que viene la ineptitud» o el «que viene el paro». Dejando aparte si éstos lemas electorales son o no más realistas, lo que, sin duda, resultan es menos crispantes.