OPINIÓN: Cuento de Navidad

Cuento de Navidad o la muerte de Macià. Tal es el artículo de «La Vanguardia» del pasado día 25. Se trata de un alegato contra el obispo mártir Irurita y una exaltación bobalicona del cardenal Vidal i Barraquer. Para ello, se invoca el relato de un industrial, a lo Tartarin de Tarascon, que nos dice que el cardenal de Tarragona llamó a Irurita en la madrugada para que enviara a clérigos de Sant Just a rezar preces funerarias por un Macià cuyos colegas republicanos querían apartar de todo lo que oliera a Iglesia.
Mientras tanto la familia del presidente logró que muriera como buen católico. También se aporta un rocambolesco viaje de una carta enviada a Tarragona en coche para denunciar a Irurita. ¡Cómo si no hubiera teléfono! El propio artículo pone en evidencia que Esquerra era un sindicato de come curas, que no respetaba ni la voluntad familiar ni la del difunto, pues en la capilla ardiente no dejaron poner ningún crucifijo. El periodista Esculiés se equivoca al decir que no hubo presencia religiosa en el entierro cuando delante del féretro iba el clero de Sant Jaume, no el de Sant Just, lo que se puede comprobar en «La Vanguardia» de aquellos días. Eso sí, sin cruz alzada.
Por otra parte, Vidal y Barraquer no asistió al entierro a pesar de sus simpatías y además un cardenal no puede mandar a un obispo en otra diócesis. En conclusión, Irurita, como Gomá, calaron bien al régimen republicano. Los equilibrios del de Tarragona no sirvieron para nada, aunque en realidad éste reservadamente decía a Roma: «el señor Macià es persona de buena intención, pero muy limitado y de escasa preparación».