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Pekín

Vietnam y Filipinas plantan cara a Pekín

Crece la tensión en el Mar de China por el control de un archipiélago rico en petróleo y gas

Vietnamitas se manifestaron contra China
Vietnamitas se manifestaron contra Chinalarazon

Vietnam y Filipinas han decidido plantarle cara a Pekín en el Mar de China, donde el gigante asiático pretende consolidar su hegemonía y ejercer de potencia dominante. Cada vez con mayor aplomo, luciendo músculo militar y llevando a cabo operaciones de sabotaje, Pekín reclama la soberanía sobre tres archipiélagos disputados desde hace décadas, conjuntos de islotes prácticamente deshabitados, pero con gran valor estratégico.

Hanoi inició el lunes maniobras con munición real a menos de 40 kilómetros y ayer aprobó un decreto para regular el reclutamiento en caso de guerra, algo que suena amenazante, aunque no tenga que ver necesariamente con la crisis. Por su parte, el Gobierno filipino, que recientemente anunció estar preparándose para una «carrera militar», recurrió ayer a su alianza con EE UU y pidió ayuda. Por ahora, Washington se ha limitado a sugerir una solución consensuada, algo a lo que Pekín ha respondido exigiendo que la Casa Blanca no se entrometa.

El mayor de los archipiélagos en juego, las Spratly, no es más que un conjunto de 750 atolones, rocas y cayos inhabitables, donde sólo en los últimos años se han instalado pequeñas comunidades de pescadores y guarniciones militares. Si juntásemos toda su superficie emergente obtendríamos una isla veinte veces más pequeña que Formentera. Sin embargo, sus aguas abarcan una extensión similar a la de España, un área que, según estimaciones, esconde 17.700 millones de toneladas de gas y petróleo, más que Kuwait. Sus costas son también codiciadas por las grandes flotas pesqueras, bordean la ruta mercante más transitada del planeta y suponen la única salida marítima despejada para China.

Muchos analistas creen que la ansiedad de Pekín en el Pacífico es fruto de sus ganas de romper el «cordón sanitario» al que les somete EE UU con la VII Flota y las bases militares asiáticas. China no está dispuesta a seguir sintiéndose acorralada. Durante siglos, la aparente insignificancia de las Spratly condicionó el desinterés de los países vecinos. Pero, desde los años ochenta, se ha convertido en un caramelo para quienes las rodean: China, Vietnam, Taiwán, Filipinas y, en menor medida, Brunei y Malasia.

En 2002, después de escaramuzas y tensiones diplomáticas, las partes acordaron que no se definían fronteras, pero sí el compromiso a «dialogar» y actuar de mutuo acuerdo. Pero la situación se ha ido deteriorando, especialmente a causa de las prospecciones para extraer recursos energéticos. Como si fuese una partida de damas en la que cada islote es una casilla, se han ido estableciendo pequeñas colonias de pescadores, reivindicado la soberanía mediante hechos consumados.

En esta última fase de la crisis, Pekín ha decidido levantar la voz, recordándoles a sus modestos vecinos quién es el aspirante a superpotencia. Hanoi ha denunciado que barcos chinos están hostigado a sus pescadores y cortando cables de prospección geológica colocados por sus ingenieros. Filipinas se queja de que el gigante asiático está desplegado fuerza militar por la zona y que ha llegado a invadir su espacio aéreo. Con todo, la mayoría de los analistas descartan por ahora un conflicto militar abierto, algo con lo que el propio portavoz del Gobierno chino coincidió ayer.


Íntimos enemigos comunistas
A pesar de compartir el rojo comunista de sus banderas, la RepúblicaPopular de China y la de Vietnam nunca han sido aliadas, ya que Hanoi permaneció en la órbita soviética tras la ruptura maoísta. En 1979, estalló una breve guerra fronteriza entre ambos países, en la que Pekín acudió en defensa de los Jemeres Rojos. Sus últimas escaramuzas han sido por causa de las aguas territoriales y las islas reclamadas por ambosgobiernos. En 1988, se produjo un choque precisamente en las Spratly. El incidente acabó con una sonora derrota vietnamita, que perdió más de 110 marineros (70 muertos y 40 prisioneros) y tresbarcos de guerra. China, que atacó con tres fragatas, tan sólo registró seis muertos y 18 heridos en sus filas.