Los que no quisieron acudir a Madrid

MADRID- La cumbre ha registrado algunas ausencias notables, especialmente en lo que se refiere al bloque de la Unión Europea. Ni Gran Bretaña, ni Italia, ni Holanda, ni la mayoría de los países del este, empezando por Polonia, han estado representados por sus jefes de Estado y de Gobierno. Otros pesos pesados, como Francia y Alemania, han optado por una solución de compromiso en clara deferencia hacia España. Así, para salvar sus apretadas agendas, Angela Merkel acudió a la cena de gala en el Palacio Real que ofrecía el Príncipe de Asturias, y Nicolas Sarkozy estuvo apenas cuatro horas en el plenario de la cumbre, de las que dedicó treinta minutos a un encuentro personal con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Ninguno de los ausentes ha aducido una razón especial, simplemente han declinado su participación en un encuentro en el que no había que tomar grandes decisiones. Por el lado iberoamericano, aunque en menor cantidad, también hubo alguna baja. Faltaron el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, el de Uruguay, José Mujica, por razones de salud; Chávez, de Venezuela, descolgado a última hora y el cubano Raúl Castro, que rara vez acude a este tipo de actos. Y, por supuesto, todos los países caribeños de influencia británica que han decidido delegar en sus primeros ministros o sus embajadores.