Bilbao Basket
Adiós a los complejos
El Real Madrid se convence de que puede con el Barcelona y se impone en la prórroga después de nueve derrotas consecutivas ante los azulgrana.
El Regal Barcelona ha dejado de asustar. Al menos al Real Madrid. El equipo de Molin prolongó ante los culés el espíritu festivo que se ha adueñado de la sección desde el pasado jueves. La clasificación para la «Final Four» y el batacazo azulgrana ante el Panathinaikos tenían que notarse. Y vaya si lo hicieron. El Madrid ganó en la prórroga, pero la quinta derrota consecutiva del Barça pudo llegar antes.
El estado anímico de ambas plantillas pesó y mucho. Xavi Pascual y su equipo, huérfanos de Navarro, se quedan sin referentes. No hay un líder, alguien que siempre se ofrezca sabiendo que da garantías para resolver cualquier problema que se presente. Como la plantilla está sobrada de calidad es capaz de forzar el tiempo extra, pero al grupo le falta alma. La que le sobra al Madrid tras el refuerzo moral que ha supuesto la clasificación para la «Final Four» sabiendo que, además, allí no estará el Barça. Ahora, con cinco jornadas de la primera fase pendientes, los dos grandes comparten el liderato. El «basket-average» favorece al Barcelona, pero la dinámica de ambos equipos sonríe al Madrid.
Era inevitable que Llull acabase tarde o temprano haciéndose daño. El escolta terminó forzando en exceso ante el Power Electronics Valencia. Acabó con molestias en los gemelos y ante el Barça, debajo del uniforme, llevaba poco menos que una armadura. Su cuerpo resistió hasta mediado el tercer cuarto. Un mal gesto acabó con el escolta tumbado detrás del banquillo de su equipo recibiendo los cuidados del fisioterapeuta. No regresó a la pista, aunque la lesión no revista gravedad. La baja de la referencia exterior en el Madrid coincidió con la primera reacción azulgrana. Después de que Llull se retirase cojeando, el Barça se puso por delante (36-38, min 25).
Pero la inercia no tenía nada que ver con la de las nueve clásicos anteriores que se habían resuelto siempre en la misma dirección, con la victoria azulgrana. El Barça no estaba suelto. La defensa y la superioridad física no eran abusivas. Los pívots no vivían por encima del aro y sólo las apariciones espóradicas de Ingles y Anderson evitaron que las escapadas del Real Madrid dejaran el partido resuelto antes de tiempo. Una espectacular arrancada situó al Madrid once arriba (15-4, min 5). La ventaja se mantuvo en el segundo cuarto (29-19, min 14) y, sin llegar a esas diferencias, se mantuvo en el tercero (50-43, min 30).
El Barça recurrió a las individualidades. Sus dos últimos fichajes, los aleros estadounidenses, se turnaron en el último cuarto para contrarrestar la aportación de Tomic y Suárez. En la prórroga hacía falta algo más y no lo aportó nadie. Ricky fue incapaz de poner orden y el Madrid siguió encontrando a Tomic para alcanzar en el liderato de la ACB a los barcelonistas.
Molin: «Mis jugadores no sienten las piernas»
La visita del Barcelona a la Caja Mágica era el noveno partido del Madrid en las últimas tres semanas. Los rostros de los jugadores tras la victoria ante el Barça mezclaban alegría y agotamiento. No era la euforia del pasado jueves, pero la satisfacción de haber derrotado al Barça en la ACB por primera vez desde 2008 resultaba indisimulable. «Mis jugadores no sienten las piernas. Creo que hay que darles un gran mérito tras esta victoria», confesó Molin, aunque de inmediato recordó que el equipo todavía no había ganado nada. Su colega del Barça, Xavi Pascual, calificó la racha de cinco derrotas seguidas como «normal» y avisó a su equipo: «Para acabar líderes tendremos que ganar los cinco partidos que nos quedan». El Madrid amenaza.
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