España el país más restrictivo con el humo

El texto definitivo de la reforma, que los hosteleros estiman que les costará al menos un 10 por ciento de pérdidas, fue aprobado a última hora de ayer en el Pleno del Congreso. Los fumadores podrán apurar el último pitillo en un bar, restaurante o discoteca la próxima nochevieja, pues la norma, tal y como pretendía Sanidad, entrará en vigor el 2 de enero: en apenas 10 días.

Desde ese momento, nada. La posibilidad de crear «habitáculos» para fumadores sin servicio de camareros que proponía el sector hostelero y que fue presentada como enmienda por el Grupo Popular quedó ayer definitivamente descartada. En el Senado se había aprobado, gracias a los votos de CiU, la posibilidad de instalar estos cubículos al menos en casinos, bingos y salas de juego, que fue «tumbada» por los votos del resto de los grupos, como ya había anunciado el PSOE.

Tampoco salió adelante la propuesta de CiU, aprobada en la Cámara Alta, de compensar a los hosteleros que hubieran realizado obras para adaptarse a la ley anterior con beneficios fiscales, pese a los votos a favor del PP.

La única novedad introducida en el Senado y que se salvó ayer del dictamen del Congreso es la posibilidad de que las tiendas «de conveniencia», como las de las gasolineras y aeropuertos, puedan vender tabaco. La propuesta recibió el apoyo mayoritario de la cámara, tal y como había anunciado el Grupo Socialista.

Permitido en las terrazas
De este modo, se amplía el canal de venta (también se podrá vender en bares y restaurantes, a través de máquinas expendedoras), mientras se restringen al máximo los lugares públicos donde se podrá fumar. En concreto, la norma prohíbe encender un cigarro en todos los centros de trabajo, en todos los locales de hostelería y, ya en la calle, en las inmediaciones de hospitales y centros de salud, en las zonas infantiles de los parques y en los recintos de centros educativos, salvo en los campus universitarios y en centros exclusivamente para adultos.

En cambio sí se podrá seguir fumando en lugares públicos al aire libre como los estadios deportivos y las plazas de toros. También se podrá fumar en las terrazas, siempre que tengan menos de tres paredes y un techo. Asimismo, la ley prevé excepciones, como ya lo hacía la anterior, para los lugares considerados «domicilios» temporales, como las habitaciones de hotel, las cárceles y los psiquiátricos y residencias de ancianos y discapacitados. En cuanto a los clubes de fumadores, también estarán permitidos, pero la ley los limita al máximo (no podrán tener ánimo de lucro) para evitar que la hostelería se acoja a este recurso para burlar la norma.

De hecho, los que se consideran los más perjudicados por la ley son los hosteleros. De acuerdo con sus cálculos, la nueva norma puede hacerles perder hasta 140.000 empleos a un sector ya castigado por la crisis. De momento, no obstante, han descartado convocar movilizaciones. De acuerdo con José Luis Guerra, secretario general de la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR), «estamos perdiendo mucho y no podemos perder más por protestar». Eso sí, lanza una advertencia: «Puede ocurrir que muchos empresarios incumplan la ley si se lo ponen muy difícil. Nosotros no promoveremos esta actitud, pero es posible que haya quien prefiera no cumplir la ley». En este sentido, recordó que España, con la nueva norma, se convierte «en el país más prohibicionista de Europa», pues sólo Reino Unido, Irlanda y Chipre han adoptado la prohibición total en bares y restaurantes. «Otros lo han intentado y han tenido que dar marcha atrás; el último, Grecia, que aprobó la ley el pasado 1 de septiembre y ya ha tenido que levantar la mano».

Por su parte, desde el Grupo Popular subrayaron que es «una equivocación» que no haya excepciones. El PP votó a favor de «las medidas sanitarias», y defiende que la norma ha mejorado en muchos aspectos la anterior. En este sentido, consideran un «logro» que al menos se mencione el acceso a los tratamientos antitabaco, aunque no de forma vinculante. Pero defendió hasta ayer mismo la propuesta de los «habitáculos».

Eso sí, los populares son excépticos sobre el cumplimiento de esta norma. Santiago Cervera, ponente de su grupo en el debate, hacía ayer una reflexión: «La norma tiene un talón de aquiles, y es que son las comunidades autónomas y, en algunos casos, los ayuntamientos, los que tienen que vigilar el cumplimiento de la ley. ¿Van a hacerlo?» Hasta ahora, al menos, las sanciones han sido mínimas, y se han impuesto con criterios muy desiguales desde que entró en vigor la ley actual, el 1 de enero de 2006.


De 30 a 600.000 euros de multa
Las multas serán para todo el que incumpla la ley, ya sean fumadores, «hosteleros» que hagan la «vista gorda» con sus clientes o empresarios que permitan fumar a sus trabajadores.
- Infracciones leves: se castigarán con multas de entre 30 y 600 euros. Para las personas que sean sorprendidas fumando en lugares prohibidos por primera vez.
- Infracciones graves: se castigarán con multas de entre 601 y 10.000 euros. Estarán destinadas a los «reincidentes».
- Infracciones muy graves: la multa será de entre 10.001 y 600.000 euros. Como novedad, se incluirán las sanciones a empresarios en cuyas oficinas se fume, pues la exposición al humo del tabaco será considerada «un riesgo laboral» y el humo «un cancerígeno laboral».


Sin cigarrillos en la tele
El cerco al humo del tabaco llega a la televisión. «Se prohíbe en todos los medios de comunicación la emisión de programas o de imágenes en los que los presentadores, colaboradores o invitados aparezcan fumando». Tampoco podrán mencionar ni mostrar marcas u otros signos del tabaco. Eso sí, el veto no llega aún a la ficción, donde los personajes sí podrán salir fumando.