Bilbao
Condenan a 377 años a 2 etarras por atentar contra la teniente de alcalde de Portugalete
La Audiencia Nacional ha condenado a 377 años de prisión a los miembros de ETA Asier Arzalluz e Idoia Mendizábal por intentar asesinar el 28 de febrero de 2002 a la teniente de alcalde de Portugalete (Vizcaya) Esther Cabezudo en un atentado en el que resultaron heridas otras dieciocho personas.
Así lo ha acordado la sección primera de la sala de lo penal de este tribunal en una sentencia notificada hoy, en la que también obliga a los terroristas a indemnizar a Cabezudo (PSE) con 155.800 euros, a su escolta Iñaki Torres con 286.200 euros, y al resto de las víctimas con más de 200.000 euros, así como el pago de cerca de un millón de euros por los daños materiales causados.
La sentencia considera probado que los en los primeros meses del año 2002 Mendizabal y Arzalluz formaban el "comando Olaia"de ETA, que estaba "dotado de armas"y disponía de "importante cantidad de explosivos"que ocultaban en un piso alquilado en Amorebieta (Vizcaya), además de contar con personas que actuaban como taldes de apoyo, entre los que estaban los autodenominados "Jata y Urbasa".
"En el marco de las actuaciones que estaban realizando contra representantes municipales de los partidos políticos que ellos tachaban de españolistas", decidieron atentar contra Cabezudo y su escolta, para lo que comprobaron la trayectoria que solía utilizar y prepararon un artefacto con 20 kilos de titadyne activado por radio mando, que pusieron en un carrito de la compra junto al número 11 de la calle Casilda Iturriza, lugar próximo al domicilio de Cabezudo.
Sobre las 9:10 horas del 28 de febrero de 2002, al paso de la teniente de alcalde y su escolta por el lugar mencionado, fue accionado el dispositivo, que no llegó a alcanzarles de lleno porque ese día utilizaron la acera contraria.
De regreso al piso de Amorebieta, los condenados comentaron que "no había sido correcta la colocación del artefacto"y después escribieron una nota mecanografiada en euskera analizando el atentado que remitieron a la cúpula de ETA a Francia, y que se halló entre los papeles del dirigente Ibon Fernández Iradi, "Susper".
Durante la vista oral celebrada el pasado 10 de marzo, Cabezudo, que en abril de 2004 renunció a su cargo como concejal en el Ayuntamiento de Portugalete después de que fuera declarada en situación de incapacidad permanente total, aseguró que a día de hoy aún tiene miedo y es "incapaz de salir sola a la calle".
A su escolta también le cambió la vida, según manifestó en el juicio, donde dijo que pasó de trabajar todos los días a encontrarse, a sus 30 años, "con daños en un oído, pérdida de visión, metralla y estrés psíquico"que le ha llevado a ser "pensionista"y dejar de vivir en Bilbao.
Para el tribunal, las características de la zona en la que atentaron y de la hora elegida, junto con el tipo de artefacto, "evidencian que los autores buscaban causar la muerte de la teniente de alcalde y de su escolta, pero conscientes de que habría de haber muchas otras personas, aceptaron causar la muerte de cualquiera que se encontrase en las inmediaciones".
"Se trató de una acción muy violenta por la enorme cantidad de explosivo utilizado, que originó unos efectos terribles y sólo una afortunada coincidencia libró a las víctimas de lo que de otro modo hubiese sido una muerte segura", subraya la sentencia.
Asimismo, la sala cree que el hecho de que la víctima principal del atentado fuera un cargo público lo convierte en "especialmente reprochable"
El tribunal, integrado por la presidenta Manuela Fernández Prado y los magistrados Javier Martínez Lázaro y Nicolás Poveda, considera a los terroristas autores de veinte delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y uno de estragos terroristas.
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