Estados Unidos
De vuelta al siglo XIX
Muchos de los nuevos medios desaparecen a los pocos meses, como ocurría con los pasquines que inundaban las calles en el XIX
Nos han dicho hasta la saciedad que el modelo de la prensa en papel del futuro será muy distinto del actual, que los medios digitales nos obligarán –ya los están haciendo– a cambiar el modo de informar, de redactar las noticias. Que la inmediatez que ofrecen internet, la radio y la televisión nos conducirán hacia la interpretación y la opinión… Pero, ¿y si para encontrar el modelo que tanto buscamos no nos tuviéramos que remontar más que a lo que se hacía hace poco más de un siglo? ¿Y si los periódicos que salían a la calle en el siglo XIX fueron el ejemplo a seguir?
Esa parece ser, en mayor o menor medida, la opinión de Juan Carlos Pérez Salazar, periodista de BBC Mundo, el servicio de noticias de la BBC en español, que, en un reciente artículo en la web Observatorio de Medios, aseguraba que, en cierto modo, estamos volviendo a los titulares largos, a la pirámide invertida, a la disolución entre opinión e información, a la aparición de infinidad de nuevos medios, muchos de los cuales desaparecen a los pocos meses, tal y como ocurría con los pasquines que inundaban las calles en el XIX… Algo así como una segunda revolución industrial.
Y es que, como ocurrió entonces con el abaratamiento de la impresión, que permitió que cualquiera pudiera editar su propia publicación en casa y distribuirla a mano por las calles, hoy en día internet ha permitido, vía blogs, confidenciales…, que cualquiera, con una mínima infraestructura, pueda poner en marcha un medio digital y colgarlo en la red, a la vista de todo el mundo.
Esta situación que se dio hace más de cien años evolucionó, poco a poco, hacia lo que fue el periodismo del siglo XX: el paso del tiempo fue poniendo a cada uno en su sitio, sólo sobrevivieron los mejores y de ahí nacieron buena parte de los grandes grupos mundiales de Prensa que dominaron el panorama mediático hasta, al menos, los años sesenta y setenta.
¿Pasará ahora lo mismo? Lo que está claro es que no todos los medios digitales que están surgiendo sobrevivirán, pero sí que obligarán a los de papel a replantearse su modelo, tanto informativo como de negocio. Otro de los paralelismos que encuentra Pérez Salazar entre la época actual y la de finales del XIX es la toma de posición política de los medios, la vinculación, sin prejuicio, de determinados grupos con un partido político o unas ideas concretas. El editor de la BBC pone, como ejemplo el caso de la cadena Fox en Estados Unidos, que está haciendo una feroz campaña contra el Gobierno de Barack Obama, algo parecido a lo que ocurre con el grupo News Corporation, de Rupert Murdoch. En el lado contrario sitúa al Huffington Post, medio on-line posicionado a la izquierda y cuya fundadora, Arianne Huffington, ha manifestado en más de una ocasión, que «la objetividad está sobrevalorada» y que los grupos de comunicación deben tomar partido. ¿No nos recuerda todo esto en algo al caso del magnate de la prensa William Randolph Hearst, «inventor» del amarillismo periodístico y que presumía de «hacer noticias»?
Lo que está por llegar aún no lo sabemos, pero lo más probable es que, tras la inundación, el río informativo vuelva a su cauce pues, como aseguraba Juan Carlos Pérez Salazar en su conferencia, «a nivel periodístico, mi apuesta es que, en el futuro, tras toda esta proliferación de medios, de puntos de vista individuales, de chismes, de manipulación, va a llegar un momento de saturación, en el que los cibernautas van remitirse a los medios de recorrido y prestigio demostrado, en los que haya periodistas con experiencia y formación que les digan: esto es lo que vale la pena leer».
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