BARCELONA- Todas las elecciones son históricas por definición. No todas tienen la misma importancia, pero todas encierran alguna clave que las convierte en especiales. Las próximas generales, si los pronósticos –sin excepción– se cumplen, comportarán una victoria del PP que en Cataluña podría traducirse en un cambio en la clásica correlación de fuerzas (el PSC siempre gana, CiU siempre queda segunda y el PP siempre tercero). Las posiciones podrían mantenerse el próximo 20 de noviembre, pero existe la posibilidad –incierta– de que el PP arrebate la condición de segunda fuerza a CiU. A estas alturas, los nacionalistas ya no ocultan sus nervios por esa eventualidad.

«No pasará que el PP quede por delante de nosotros porque si fuera así, no habría manera humana de parar nada de lo que quisiesen hacer los populares en Cataluña», advirtió ayer el número dos de la candidatura de CiU, Pere Macias. Los convergentes parecen haber llegado a la conclusión de que no les queda otro remedio que azuzar el voto del miedo al PP, siguiendo la escuela del PSC. «No podemos dejar que el día 20 de noviembre por la noche, alguien se ría de Cataluña y consideren que pueden hacer cualquier cosa con los catalanes», insistió Macias.

Para neutralizar la pujanza del PP, CiU ha organizado su campaña a partir de la defensa de un nuevo pacto fiscal para Cataluña, pero el gancho electoral podría ser insuficiente. Eso al menos sugieren los últimos movimientos de los nacionalistas, interesados en dar alas al soberanismo que integra su proyecto. «CiU será la fuerza que tendrá más diputados independentistas de Cataluña en Madrid», subrayó el mismo Macias durante la clausura del congreso de la Joventut Nacionalista de Catalunya (JNC), la rama juvenil de Convergència.

«Despertar a la gente»
En la misma lína esencialista, el número dos de CiU subrayó que «esta es una campaña para hacer despertar a la gente, en respuesta a todo lo que nos hacen y nos pueden llegar a hacer». Así, el diputado nacionalista dejó claro que las ofensivas del Estado que constantemente denuncia CiU van a ser otro de los anzuelos de una campaña en la que también planean apelar al «sentimiento y al amor al país».

A falta de ver la efectividad de esta estrategia, lo cierto es que la campaña, probablemente, estará dominada por los recursos económicos. Por su creación y por su reparto. Lo primero tiene que ver con el combate contra el paro, eje fundamental de la campaña del PP, y lo segundo por la consecución de un nuevo modelo de financiación para Cataluña. Otros debates como la inmigración, por supuesto, tendrán parte de protagonismo, pero no será mayor que el de los recortes sociales y el mantenimiento del estado del bienestar.