Medicina

Cambios de personalidad y hasta de preferencias sexuales: una posible consecuencia del trasplante de órganos

Es una de las conclusiones de un reciente estudio que confirma los hallazgos de otros similares. Eso sí, tiene letra pequeña

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En lo que respecta a trasplantes de órganos, España es uno de los países punteros y con mejores referencias a nivel global: recientemente se han llegado a realizar 48 en 24 horas. En 2022 se trasplantaron más de 157.000 órganos en todo el mundo y en 2022 los de corazón alcanzaron los 5.000. Pero de acuerdo con algunos científicos, habría otro aspecto a estudiar vinculado a estos procedimientos: posibles cambios de personalidad y hasta de preferencia sexuales.

Así lo señala un estudio publicado en Transplantology y liderado por Mitchell Liester, de la Universidad de Colorado. El 89% de los participantes del estudio, todos receptores de órganos (la mitad de corazón y la mitad de otros órganos), informaron cambios de personalidad después de someterse a una cirugía de trasplante. Las conclusiones son similares a las observadas por estudios previos, como uno realizado en adolescentes en Canadá u otro que se llevó a cabo en Austria. Entre las características que se analizaron figuran cambios en los gustos por ciertas comidas, modificaciones en sus preferencias sexuales, gustos artísticos, deportivos y hasta políticos. La mayoría de los participantes también señalaron una “adaptación social y sexual mejorada y episodios espirituales o religiosos”.

“En resumen, nuestro estudio confirma los hallazgos de estudios previos que encontraron que se producen cambios de personalidad en algunos individuos después de un trasplante de órganos – concluyen los autores -. Nuestro estudio amplía estos análisis previos al demostrar que los receptores de órganos distintos del corazón pueden experimentar cambios de personalidad similares a los experimentados por los receptores de trasplantes de corazón”.

¿Cuál es el problema entonces? Al igual que la mayoría de los estudios previos citados por el equipo de Liester, este cuenta con muy pocos voluntarios: 47 en total. A esto hay que sumar, admiten los autores, “un sesgo de selección resultante de nuestro reclutamiento de individuos para participar en un estudio que declaraba explícitamente que examinaba los cambios de personalidad después de los trasplantes de órganos. Las personas que no han experimentado cambios de personalidad podrían tener menos probabilidades de participar en un estudio de este tipo”.

En pocas palabras, se trata de un estudio cuyo universo de análisis es muy pequeño, que podría estar sesgado al pedir voluntarios con un perfil específico y que sus antecedentes, muestran características similares. Habría que evaluar muchos más voluntarios sin anticipar qué tipo de estudio se realizará. Y entonces sí, ver si los resultados se repiten.