La ciudad en el punto de mira

SEVILLA- Sevilla se la juega desde hoy en San Petersburgo. La ciudad rusa acoge la 36 edición del comité de patrimonio mundial de la Unesco, una cita en la que el organismo internacional revisará la lista de monumentos y entornos declarados patrimonio de la humanidad y en la que capital hispalense tendrá un hueco destacado. El aviso del Centro de Patrimonio Mundial sobre la construcción de la Torre Pelli –alertó del «impacto visual altamente adverso» del edificio sobre los monumentos declarados patrimonio de la humanidad: la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias– marcará el encuentro, que podría dictaminar la inclusión de la ciudad en la lista del patrimonio mundial en peligro. Una amenaza que ha determinado la actividad política de los últimos meses y que ha generado una agria polémica entre colectivos que apoyan el rascacielos y los que defienden su ilegalidad.

En concreto, según figura en la agenda provisional del encuentro, el caso de Sevilla se debatirá los próximos días 27 y 28, en el marco del debate sobre el «estado de conservación de los bienes inscritos en la lista del patrimonio mundial». En este capítulo, denominado «7B», figura como número 88 la propuesta de inclusión en la «lista negra». Finalmente, el 1 de julio se actualizará la relación de monumentos y, entonces, se sabrá si Sevilla entra a engrosar dicha lista.

Sin embargo, a pesar de los avisos de la entidad internacional y de los informes en contra del organismo asesor Icomos, Cajasol ha seguido adelante con la construcción del edificio de 178 metros de altura. Icomos llegó a pedir la «suspensión inmediata de todo trabajo» en la torre y la apertura de un diálogo sobre la altura y diseño del proyecto, al objeto de «mitigar» su «impacto adverso». La propuesta establece la fecha del 15 de agosto para que se suspendan los trabajos, para que a finales de este año hayan sido adoptadas «las medidas para modificar la altura y el diseño del proyecto».

Mientras, el alcalde, Juan Ignacio Zoido –que estará presente en la ciudad rusa–, ha dado un giro radical a su estrategia. Antes de llegar a la Alcaldía dijo que revisaría la legalidad de la licencia y, si contravenía la normativa, pararía las obras. Siempre mostró sus reservas hacia el proyecto. Los técnicos de la Gerencia de Urbanismo dictaminaron que la licencia que otorgó el anterior Gobierno local era legal y el regidor se enrocó en una postura aparentemente imparcial. Ni defendía claramente el rascacielos ni tampoco criticaba su construcción. Hace dos semanas anunció que ante la Unesco defendería que la iniciativa es compatible con la declaración de Patrimonio de la Humanidad.

Otros argumentos que esgrimirá el regidor es que el rascacielos se está construyendo «en el marco de la más estricta legalidad» y que «no afecta» a los monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad. La lucha entre administraciones de diferente color político también ha marcado la polémica. El alcalde ha echado en falta más colaboración por parte de la Junta de Andalucía, aunque recientemente subrayó la «magnífica respuesta» del consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Luis Planas. Más crítico se ha mostrado el delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, que siempre ha defendido que la responsabilidad en este asunto «es del alcalde», ya que «fue el Ayuntamiento el que dio la licencia de construcción». Sí ha reconocido Bueno que la Torre Pelli es una «patata caliente» heredada del anterior Gobierno local.

El cambio de postura fue duramente criticado por la plataforma «Túmbala», que denunció «presiones» ante el organismo internacional para que Sevilla conserve la declaración. Lo cierto es que Zoido mantuvo un encuentro recientemente con responsables del Ministerio de Cultura –una reunión de la que no trascendió nada– para fijar la estrategia que se seguiría en San Petesburgo. «Túmbala» entendió esta reunión como una cita para presionar a la Unesco, puesto que en torno a la Torre Pelli «convergen numerosos intereses políticos y económicos».
Este colectivo ha recurrido en los tribunales la concesión de la licencia, aunque de momento los jueces no se han pronunciado. Su estrategia no es la de convocar actos de protesta, sino de «informar» a la ciudadanía y «denunciar» las «ilegalidades» del largo proceso.

LAS FECHAS
26 y 27 de junio
- Se desarrollará el debate sobre el «estado de conservacion de los bienes inscritos en la lista del patrimonio mundial». El caso de Sevilla se analizará durante esos días.
1 de julio
- La Unesco actualizará las listas del patrimonio mundial y del patrimonio mundial en peligro. Sevilla corre el riesgo de entrar en esta segunda relación de ciudades.