«A casa por navidad»: Estampitas

¿Un «Short Cuts» bajo cero, a la luz de la estrella de Belén? Es lo que pretende Bent Hamer, aunque el metraje se le queda corto: las historias no superan la anécdota, los personajes son meros borradores, la resolución pasa por la epifanía, la justicia poética o la venganza fugaz. La conexión entre los personajes es débil: el espíritu de la Navidad, que pone al descubierto la soledad nórdica, es el hilo conductor. La tragedia de los Balcanes, que monopoliza un prólogo que se retomará en el epílogo, coronado por una improbable aurora boreal, parece hechizar el conjunto, aunque el clima de bonhomía que Hamer impone a todas sus tramas, por llamarlas de alguna manera, excluye cualquier comentario político sobre una Europa que lucha por limar sus diferencias. Se pretende despertar empatía en el espectador, aunque es difícil que eso ocurra: los vínculos emocionales entre los personajes están desdibujados, no ocupan más espacio que el que una sucinta sinopsis les permitiría tener. Y, por supuesto, esos personajes están condenados a sobrevivir al cliché que les ha visto nacer: el hombre que suplanta al amante de su mujer vistiéndose de Santa Claus, la pareja que alumbra el día de Navidad, el vagabundo que vuelve al hogar, etcétera. Torpes bosquejos ilustrados en estampas navideñas.