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Lovaina la universidad de Flandes

A poco menos de 20 kilómetros de Bruselas, el viajero se topa con una ciudad joven, marchosa y muy animada. ¿El secreto? La Universidad Católica de Louvain, la gran fuente de riqueza de la urbe y también su principal seña de identidad 

Lovaina, la universidad de Flandes
Lovaina, la universidad de Flandeslarazon

Si alguien se acercara para preguntarnos algunas ciudades universitarias famosas en el Viejo Continente, seguramente mencionaríamos, entre otras, Salamanca, Oxford, Montpellier, Lovaina, Bolonia o Coimbra. De hecho, en el caso de Lovaina, en Bélgica, es acertado definirla como «la universidad de Flandes». No es de extrañar, pues la primera idea que nos sugiere esta ciudad al pisarla, tremendamente atinada, es la capacidad de atracción que tiene por su prestigiosa y centenaria universidad, una de las más antiguas del mundo. Como curiosidad, hay que tener en cuenta que su universidad católica data de 1425 y que en sus aulas impartieron clases, entre otros, Erasmo de Rotterdam. Todo ello nos permite imaginar lo que vamos a encontrar: mucha animación, ambiente universitario, densa vida cultural, gente joven...


Merece la pena reivindicar, desde el punto de vista turístico, la vertiente estudiantil que se vertebra en otros muchos aspectos de la ciudad. Es, desde luego, la gran fuente de riqueza de esta urbe, no muy grande –unos cien mil habitantes– donde prácticamente a pie o en bicicleta se puede ir a todos lados. Sin embargo, sería injusto aglutinar su potencial turístico sólo en su faceta universitaria. Lovaina es arte, es historia, son monumentos, son edificios, son plazas, son calles, son iglesias, es gastronomía, son conciertos de música y son fantásticos rincones que quedan grabados en la retina y en la memoria.


El corazón y centro neurálgico de la ciudad es la plaza mayor (Grote Market), con su imponente edificio del Ayuntamiento (impresionante ejemplo de gótico brabantino) y la iglesia de San Pedro, construida en el siglo XV. A pocos metros de este recinto urbano al que van a desembocar la mayoría de calles de la ciudad se encuentra la plaza con más marcha de la ciudad y una visita obligada para cualquier español al caer el sol: Oude Market. Poco se puede decir de ella; simplemente con pasearse por allí el viajero descubrirá la veracidad de estas palabras, amén de su belleza arquitectónica.

Alma cultural
Lovaina es ciudad de sensaciones, de agradables impresiones y, sobre todo, de gratas experiencias. Los apasionados del alma cultural centroeuropeo no quedan defraudados con sus abadías, con la iglesia de San Miguel, con el gran beaterio, con la imponente biblioteca de la universidad, con el jardín botánico... y multitud de encantos más. Pero, especialmente, lo que traemos de vuelta a casa es la sensación de descubrir un lugar acogedor y cercano. Dicen que la memoria guarda de cada viaje una serie de imágenes, de representaciones y sensaciones de esa escapada. En este caso, junto a la belleza indiscutible de esta urbe de tamaño medio, recordamos con especial cariño y agrado la alegría de sus calles, el sano bullicio de sus estudiantes y la animación que se respira.


Es cierto que aquí se habla en flamenco, pero nada debe extrañarnos, al entrar en algún bar, escuchar conversaciones en francés, en inglés, en alemán, en italiano o, incluso, en español. Muestra evidente de que estamos en una capital cosmopolita, abierta, respetuosa con las diferencias y aglutinadora en vivencias y experiencias. Sería casi un pecado llegar a Lovaina y no pernoctar en ella. Y, más aún, no disfrutar de sus restaurantes y bares. De todos es sabido que uno de los grandes embajadores gastronómicos de Bélgica es su gran variedad de cervezas. Pues bien, en Lovaina, ciudad de gran tradición cervecera por excelencia, se encuentra la fábrica de Stella Artois, una de las más reconocidas del mundo. Parece obligado, además de degustarla, acercarse a esta fábrica para conocer algo más del proceso de su elaboración. Así, al cerrar la maleta, el sabor de boca que tenemos al recordar Lovaina resulta delicioso y muy completo.
 

>> Cómo llegar. Iberia ofrece hasta cuatro vuelos directos al día entre Madrid y Bruselas y cómodas conexiones vía la T4 de Barajas. Además, en código compartido con Vueling, la aerolínea española ofrece vuelos desde los aeropuertos de Barcelona y Valencia.
>> Oferta. En Iberia.com puede comprar billetes de ida y vuelta a Bruselas desde 106 euros (precio vigente al cierre de esta edición).
>> Comodidad. En los vuelos a Bruselas está disponible la Business Europa con más espacio a bordo y menús basados en la dieta mediterránea.
>> Desde la web. Puede descargar la tarjeta de embarque en iberia.com desde el día anterior hasta dos horas antes del vuelo.
>> Más información. En iberia.com, Serviberia (902 400 500), oficinas de Iberia y en agencias de viajes.