Turquía impone sanciones económicas a Siria

Turquía reafirmó ayer su postura de presionar al régimen de Bachar Al Asad y, siguiendo el ejemplo de la Liga Árabe, impuso una serie de sanciones económicas a Damasco. Entre las medidas que adoptará Ankara está la suspensión de la cooperación estratégica entre los dos países, la congelación de las relaciones con el Banco Central Sirio y de los bienes financieros de los miembros del régimen y la prohibición de la venta de armas.

En una rueda de prensa, el ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu, reiteró que el régimen sirio "ha perdido la última oportunidad al rechazar la propuesta de la Liga Árabe de enviar observadores". Davutoglu aseveró que las sanciones no afectarán en ningún momento a la población civil, y por eso, no suspenderá los vuelos comerciales, ni aplicará medidas que puedan perjudicar el comercio en la frontera o causar daño a los ciudadanos, por lo que no se cortará del suministro de agua y electricidad a Siria.

Turquía mantiene una postura ambigua en cuanto a la posibilidad de una intervención internacional en el país vecino. Por un lado, rechaza la influencia de las naciones extranjeras en los asuntos de Siria y, por el otro, plantea la creación de un corredor humanitario en los 800 kilómetros de frontera que ambos países comparten. El establecimiento de una "zona de protección"podría provocar una avalancha masiva de sirios que huyen de la violencia hacia todos las direcciones (Líbano, Turquía, Irak y Jordania), lo que llevaría a la comunidad internacional a imponer también una zona de seguridad.

La ruptura de las acuerdos comerciales con Siria, con el que ha mantenido hasta ahora estrecha relación económica, ha enojado a la oposición parlamentaria turca que no quiere perder unos intereses económicos millonarios. La oposición advierte de que el aislamiento al régimen sirio podría incrementar el conflicto armado en el sur Turquía si Siria, con una importante población kurda, entrara en una guerra civil.