Reserva Federal
La crisis de endeudamiento acompaña a Draghi en su primer año
La crisis de endeudamiento soberano de la zona del euro ha acompañado al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en su primer año de mandato, en el que ha impuesto un claro cambio de dirección.
La crisis de endeudamiento soberano de la zona del euro ha acompañado al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en su primer año de mandato, en el que ha impuesto un claro cambio de dirección.
El próximo 1 de noviembre Draghi cumple un año al frente del BCE, sin que todavía se vea luz al final del túnel en muchos países europeos que sufren serias dificultades y ajustes económicos.
Pese a las medidas que el consejo de gobierno del BCE ha aplicado este último año, para algunos expertos todavía es muy pronto para hacer una valoración de la presidencia del italiano Draghi.
Las medidas adoptadas han contribuido a calmar a los mercados pero esto es algo que se ha visto en el pasado otras ocasiones a lo largo de esta crisis financiera sin que se llegara a solucionar completamente.
A diferencia de su antecesor, el francés Jean-Claude Trichet, Draghi es mucho más flexible y está dispuesto a tratar los problemas sin tabúes, dijo a EFE el analista de Commerzbank Michael Schubert.
Draghi está preparado para dejar de aplicar medidas que no funcionan e introducir otras nuevas.
Durante el primer año del mandato de Draghi, el consejo de gobierno del BCE ha recortado los tipos de interés rectores en tres ocasiones, en noviembre y diciembre de 2011 y en julio de 2012, hasta dejarlos en el actual mínimo histórico del 0,75 %, rompiendo el tabú del mínimo del 1 %.
Trichet había terminado su mandato de ocho años con el precio del dinero en el 1,5 % después de haberlo subido en abril y julio de 2011.
El precio del dinero permaneció en el 1 % en la zona del euro desde mayo de 2009 hasta abril de 2011.
En julio de 2007, los tipos de interés en la zona del euro estaban en el 4 %, el BCE subió el precio del dinero en julio de 2008 (hasta el 4,25 %), dos meses antes de la quiebra de Lehman Brothers.
En octubre de 2008 el BCE tuvo que comenzar a bajar los tipos de interés por el recrudecimiento de la crisis y, desde entonces y hasta mayo de 2009, los redujo hasta el 1 %.
Además, con Draghi como presidente, el BCE ha acometido dos operaciones de inyección de liquidez a tres años, una en diciembre del pasado año y la otra en febrero de este año, que han permitido a los bancos contar con efectivo suficiente.
Asimismo Draghi anunció a comienzos de septiembre un nuevo programa de compra ilimitada de deuda soberana de países con dificultades de financiación con la condición de que estos países soliciten ayuda de algunos de los programas de los fondos de rescate europeos.
A este programa se opone el Bundesbank pero en este punto Draghi también ha sido más tajante que Trichet, dejando clara la posición mayoritaria del consejo de gobierno en una rueda de prensa en la que mencionó explícitamente al presidente del banco central alemán, Jens Weidmann, como la única persona que había votado en contra.
Draghi ha defendido posteriormente la necesidad de aplicar este programa -en las actuales circunstancias financieras y económicas en la zona del euro- y criticó en un discurso en Berlín que lo peor era decir no a todo en alusión al Bundesbank.
En cuanto al estilo de comunicación, Draghi es mucho más directo y breve en sus respuestas que Trichet, quien solía prolongarse en el arte de la diplomacia en las ruedas de prensa, y también ha adoptado medida extraordinarias en este campo como reunirse con parlamentarios alemanes para explicar las decisiones del BCE.
Draghi deberá superar la actual crisis de endeudamiento soberano de la zona del euro, si bien no se deben depositar expectativas muy altas ya que es la clase política quien tiene la capacidad de solucionar las causas originarias y el BCE sólo puede ayudar a superar puentes con medidas de carácter temporal que ayudarán a los Gobiernos europeos a ganar tiempo.
Los Gobiernos europeos negocian actualmente que el BCE asuma una nueva función de supervisión bancaria unificada en la zona del euro, sin que todavía se hayan llegado a acuerdos.
El BCE ha manifestado que está dispuesto a llevar a cabo la supervisión bancaria de la zona del euro siempre y cuando mantenga su independencia en sus funciones de política monetaria.
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