Cataluña

Ocio con mala resaca

Atajar el turismo de borrachera es la prioridad en Lloret después de una semana de incidentes. Los comerciantes piden frenar a los empresarios que alientan este modelo

Los Mossos han tomado las calles de Lloret para evitar nuevos altercados
Los Mossos han tomado las calles de Lloret para evitar nuevos altercadoslarazon

Barcelona- «Quien quiera disfrutar de la playa de día y de la fiesta de noche tiene que ir a Lloret. La paz difícilmente se encuentra allí, a menos que vayas en invierno, es entonces cuando puedes disfrutar de la playa de arena y del bonito paisaje de arena de la Costa Brava». Es el arranque de una página web que incluye un buscador de hoteles y la posibilidad de reservar por internet.
El texto no engaña, hay empresarios que venden la localidad de la Costa Brava que esta semana ha vivido dos noches de alta tensión, la segunda con una veintena de jóvenes turistas extranjeros detenidos, la mayoría de entre 18 y 22 años, como «party city». Un flaco favor para un Ayuntamiento que quiere reconducir el turismo de bajo coste del verano para crecer como sede de turismo de congresos y acoger eventos de otro tipo durante todo el año.

Imagen poco idílica
En internet hay centenares de entradas en las que se explota la imagen de Lloret, y de otras ciudades costeras que durante años han apostado por el modelo de sol y playa y ocio nocturno para jóvenes, como el paraíso para el desfase. Y hay negocios que alimentan esta imagen poco idílica. Contra ellos se han plantado los emprendedores de toda la vida. La Asociación de Comerciantes de Lloret, que engloba a más de 350 comercios, reclama que se penalice a la parte del sector privado que fomenta el turismo de borrachera. Su presidente, Francesc Alsina, afirmó ayer a Ep que los sectores público y privado tendrían que trabajar de manera conjunta para castigar a aquellos empresarios que traen jóvenes con el reclamo de noches de desenfreno y copas baratas.
La patronal de ocio nocturno Fecasarm, no obstante, exige que no se meta a todos los negocios en el mismo saco porque no todos explotan el modelo de dos por uno y demás ofertas para que los jóvenes apuesten por Lloret para emborracharse por poco dinero. El secretario general, Joaquim Boadas, pide que «no se criminalice» al sector y puntualiza que es la administración quien debe emprender medidas contundentes para «luchar en origen» contra los touroperadores que venden el turismo de borrachera.
La solución no es fácil es una localidad que vive en su gran mayoría del turismo y tiene más de 33.000 camas en hoteles. El alcalde, Romà Codina, asegura que es «complicado» acotar las gangas del turismo low cost. La solución pasa por potenciar otros aspectos de la localidad y cambiar el modelo, para lo que necesita la complicidad del sector. El edil ha mantenido contactos con los hoteleros, y los establecimientos de cuatro estrellas han decidido que no acogerán en sus habitaciones a jóvenes que no sean compatibles con el turismo familiar. Aunque el problema es que los jóvenes que van a Lloret y se enfrentan a los Mossos y la Policía Local cuando cierran las discotecas tienen muy bajo poder adquisitivo y, según el presidente de la Asociación de vecinos del casco antiguo, Víctor Gallart, duermen en sus coches. «Suelen ser problemáticos porque beben mucho, gritan, se encaran con la gente a la mínima que se les dice algo y en casos puntuales roban», explica.


Multas de 3.000 euros
El juez dejó en libertad con cargos a los primeros de la veintena de extranjeros detenidos por los altercados de la madrugada del jueves, que ayer declararon en los Juzgados de Blanes. Seis jóvenes tendrán que pagar 3.000 euros y están acusados de lesiones, daños y atentado contra la autoridad. Tienen diez días para pagar la multa. Los arrestados son trece jóvenes franceses, tres alemanes, tres holandeses, un suizo y un esloveno.