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Daniel Craig el hombre al que aman las mujeres
El actor presenta la versión americana de la novela de Stieg Larsson
Lleva la edad en las manos y en unas arrugas que todavía le dan veteranía más que años. Y –seguro que esto lo apreciarán muchas seguidoras– no es que tenga músculos, es que le saltan del cuerpo. Daniel Craig, que llega reventando un jersey ceñido beige, ha colgado el esmoquin de James Bond para sacar del armario el vestuario de periodista comprometido. El actor, lejos del encorsetamiento habitual de otros compañeros, entra saludando en español, te mira cuando hablas y gasta bromas. Una persona, piensas, no un personaje de dos dimensiones. Un británico de protocolo, pero sin protocolos, que, a diferencia de otros de sus compañeros, ha aparcado las reglas de Hollywood. El intérprete ha llegado a Madrid para presentar la versión americana de «Los hombres que no amaban a las mujeres», el «best seller» de Stieg Larsson, que dirige David Fincher, quien, junto a la actriz Rooney Mara (que da vida a Lisbeth Salander), también se ha apuntado al viaje.
Líneas morales
«Es muy importante mantener hoy la rebeldía –comenta Craig al evocar el inconformismo periodístico de su personaje, Mikael Blomkvist–. No sólo se trata del abuso del poder político, que es algo que casi aceptamos. Lo que me resulta más interesante es la relación entre ese abuso político y el poder económico, sobre todo cuando se vinculan los dos. Y la verdad, no sé cuál de esas dos fuerzas motrices es la que gobierna o no. Es remarcabale señalar que en Europa tenemos dos gobiernos no electos, de tecnócratas. Por eso es fundamental que tengamos hoy periodistas que cuenten lo que está pasando y que tracen las líneas morales de lo que está bien y lo que está mal. Si no, caeríamos en una sociedad complaciente y de esas sociedades nacen los extremismos y en ese momento nos daríamos cuenta que no estamos dirigidos por gobernantes, sino por impresentables». Craig resalta la violencia explícita del libro y la película, que califica de adulta y expresa su admiración hacia los que se juegan la vida por denunciar la injusticia y defender los débiles, uno de los temas de fondo de la trilogía «Millenium»: «Algunos de mis héroes personales son los periodistas y los escritores, como Robert Fisk. Creo que ha habido muchos periodistas que han basado su trabajo en decir lo que no se debía contar en el momento adecuado, como fue el caso de Anna Politkóvskaya. Y como ella, muchos otros que han desaparecido o perdido su vida por cumplir con su deber. Eso nos hace ver lo importante son para el desarrollo de nuestra sociedad. Stieg Larsson, que era periodista, se refleja en Blomkvist. Ambos están luchando contra la corrupción y un gobierno de gángsters, justo lo que no deseamos ninguno de nosotros».
Craig, que también ha aprovechado para denunciar la violencia de género («aún la sufrimos en todas partes»), ha mostrado su desconfianza hacia esas sociedades que irradian una imagen perfecta, como la de Suecia, otro de los rasgos que remarcó en sus libros Larsson. «En ellas siempre existe un lado oscuro. Es interesante indagar debajo de la alfombra de esas socieddades para descubrir cómo son».
La actriz Rooney Mara tiene la tez pálida y unos ojos azules que nunca miran directamente. Sólo de lado. Reconoce que llegó al casting después de una larga noche de copas para tener mala cara. Algo que favorecía al personaje. «No me resultó extraña Lisbeth Salander –comenta de su personaje, que la ha obligado a un cambio radical de aspecto–. Apenas me costaba comprenderla. Cuando leí el libro era fácil acercarse a ella. Encontré bastante natural entender por qué hacía lo que hacía y por qué tenía esas reacciones». Sus interpretaciones en «La red social» y en la saga de «Millenium» le han dado la fama. Ambas están dirigidas por David Fincher. Y ahora está nominada para los Globos de Oro y se baraja la posibilidad de que más adelante camine por la alfombra roja de los Oscar. «Este papel me ha cambiado, sin duda. Ha transformado mi vida. Me ha obligado a madurar mucho y me ha dado unas oportunidades con las que antes no soñaba». Sin embargo, Mara tiene algo claro: «Ojalá cambie de personaje ahora. Espero que sea así».
Un personaje, dos estilos diferentes
La interpretación de Noomi Rapace, muy aplaudida, planeaba sobre la de Rooney Mara. Ella declara no haber sentido ninguna presión. Sus trabajos, asegura, son diferentes. Aunque ambas encarnan a una mujer que se convirtió en un icono para muchas jóvenes. «Es alguien con las que muchas personas pueden identificarse. Ese sentimiento de marginada, ¿quién no lo ha sentido? No creo que sea por el aspecto. Es por la manera de superar con éxito la vida, de enfrentarse a la gente que abusa del poder que tienen».
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