Actualidad

Obama amenaza a Corea del Norte con cortar los alimentos

EE UU sospecha que Pyongyang quiere probar un misil

Obama amenaza a Corea del Norte con cortar los alimentos
Obama amenaza a Corea del Norte con cortar los alimentoslarazon

Sirviéndose de unos prismáticos, Barack Obama observó ayer a su archienemigo asiático, a Corea del Norte, régimen al que después lanzó un par de advertencias. El presidente estadounidense, aprovechó su viaje a Seúl para pasearse por la franja desmilitarizada que separa la península coreana, una de las últimas heridas de la Guerra Fría. Es un gesto simbólico que han realizado todos los últimos inquilinos de la Casa Blanca y que viene a renovar el compromiso militar de EE UU en la zona, donde el Pentágono mantiene desplegados más de 30.000 efectivos.

Entallado en una chaqueta de la «Air Force One», Obama visitó una base americana. «Vosotros, chicos, estáis en la frontera de la libertad», les dijo a los cerca de 50 militares estadounidenses que le recibieron frente a la que está considerada la frontera más militarizada del mundo.

La imagen funcionó como prólogo elocuente del Foro de Seguridad Nuclear que se celebra estos días en Seúl, en el que se discutirá sobre los programas atómicos de Corea del Norte e Irán. Obama acompañó el gesto, horas después, con palabras. En una comparecencia conjunta con el presidente surcoreano, con Lee Myung-bak, advirtió que Pyongyang «no conseguirá nada con amenazas y provocaciones». Y es que la península coreana vive su enésima crisis después de que el régimen estalinista anunciase que a mediados de abril lanzará un satélite al espacio para conmemorar el centenario del nacimiento del Gran Líder, Kim Il Sung, el fundador de la «dinastía comunista». Sucede que Seúl, Tokio y Washington sospechan que el lanzamiento del satélite es sólo una excusa para probar un misil de largo alcance capaz de transportar cabezas atómicas. El Gobierno japonés incluso ha puesto en alerta sus sistemas de defensa aérea.

Todo esto emborrona el acuerdo firmado el pasado 29 de febrero y según el cual Pyongyang se comprometía a frenar su programa nuclear a cambio de 240.000 toneladas de alimentos, comida que su población necesita con urgencia. De hecho, Obama sugirió ayer que el envió de ayuda humanitaria quizá se suspenda. «No podemos recompensar el mal comportamiento», dijo. En realidad, se trata de un juego de presiones, promesas incumplidas y amenazas que dura ya décadas y con el que Corea del Norte consigue mantenerse en el centro de atención, forzando a sus enemigos a escuchar sus reclamaciones. Algo más novedoso fue el recado que mandó Obama a Pekín: «Creo que China es muy sincera y no quiere ver una Corea del Norte con armas nucleares, pero debería defender esa convicción de una manera más firme», recetó.


Lo que ve el presidente
Obama se acercó ayer, tras su llegada a Seúl para participar en la Cumbre de Seguridad, a la frontera «libre» que separa las dos Coreas, que es también la más militarizada del mundo. Desde allí divisó con unos prismáticos territorio norcoreano.